Diez Cosas Que Quisiera Haber Sabido
Hogar ] Arriba ] Respecto al Cuidado de los Hijos ] Capítulo Nueve ] Cómo Invertir Tus Fondos ] La Administración del Tiempo ] ¿De Quién es Esta Escuela? ] Decentemente y con Orden ] [ Diez Cosas Que Quisiera Haber Sabido ] Entre Mamás - Diciembre 2002 ] Noche de "Open House" ] Nuestros Lectores Escriben - Diciembre 2002 ] Preguntas y Respuestas ] Sólo para Papás ] Un Fiel Mayordomo del Tiempo ] La Última Palabra - Diciembre 2002 ]

 

Diez Cosas Que Quisiera Haber Sabido
por Debbie W.

Con un hijo en la universidad y el otro a nivel de escuela superior, lamento ver que se aproxima el final de nuestra educación en el hogar.

Creo que si al principio hubiera sabido algunas cosas que sé ahora, hubiera abrazado la educación en el hogar con más entusiasmo desde un principio.

1. No Tiene Nada de Malo Tener Miedo.

Como queremos darles a nuestros hijos lo mejor, la escuela en casa puede parecernos espantoso. Existe mucha incertidumbre y nos sentimos incapaces.

Es cierto que Dios desea que los padres sean dedicados y piadosos. Pero nos dice en Santiago 1:5: “Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.”

Conforme obedecemos a Dios, buscando su sabiduría en su Palabra y en la oración, Él nos dará la sabiduría que necesitamos.

2. No Te Preocupes por  la Secundaria Ahora.

Nosotros empezamos a instruir a nuestros hijos en el hogar tempranamente en su educación, pero constantemente hubo quien nos preguntara: “¿Cómo le van a hacer en la Secundaria? ¿Cómo van a enseñar Álgebra y Química?”

Nosotros no sabemos lo que pueda suceder dentro de diez años, ni tan siquiera dentro de un año. Lo que Dios requiere de nosotros es fidelidad hoy.

Él quiere que hoy nos concentremos en el grado donde están nuestros hijos ahora, poniendo lo mejor de nosotros para lo que necesitan hoy.

3. Tú Puedes Ser  Una Gran Maestra.

Para la educación en el hogar no es necesaria la capacitación en el magisterio. Mejor es leer revistas y libros sobre educación en el hogar, así como otros libros de conocimientos básicos. Platica con padres e hijos que tienen experiencia con la educación en el hogar. Recuerda cómo enseñaban tus maestros favoritos.

A medida que aprendas, desarrolles y cambies para satisfacer las necesidades de tus hijos, llegarás a ser la maestra que el Señor quiere que seas.

4. No Existe Ningún Material Académico Perfecto.

Yo me pasé los primeros diez años de nuestra instrucción en el hogar buscando el material académico perfecto, mientras que mi marido me señalaba constantemente lo bien que iban nuestros muchachos con lo que ya teníamos.

Existen muchos programas muy buenos, pero no hay ningún programa que sea ideal para todos los que educan en el hogar.

Uno de los maravillosos beneficios de la educación en el hogar es que podemos experimentar con diversos materiales y métodos educativos.

Platica con otras familias acerca de los materiales educativos que ellos usan. Revisa sus materiales y pregúntales qué es lo que les gusta y lo que no les gusta. Platica con distribuidores en las exhibiciones de materiales y lee acerca de materiales nuevos.

5. Deben Estar Dispuestos a Hacer Experimentos.

En ocasiones le hace bien al niño probar con materiales o métodos nuevos.

En algunas materias es necesario que aprendas las bases antes de que puedas construir sobre ellas pero en otras materias no hará daño usar de creatividad.

Mientras te asegures de que tu hijo aprenda sus materias básicas, puedes ajustar la manera y el momento en que construya sobre ese fundamento.

6. No Tienes Que Terminar el Libro.

En ocasiones hemos cambiado de libro a mitad de año porque el que estábamos usando no estaba dando resultado. Hemos abandonado una materia a mitad de año para terminarla después o nunca.

Nos enteramos de que la mayoría de las escuelas públicas no siempre terminan los libros tampoco. No es mi intención comunicar una actitud de despreocupación. Trabajamos duro, programo con esmero, pero ya no estoy esclavizada por la educación en el hogar.

Ambos muchachos han salido bien cuando han sido examinados, pero cuando se presentan contratiempos o problemas inevitables, ajustamos nuestro horario, nuestro programa o nuestros métodos. ¡Y en ocasiones no terminamos el libro!

7. No Tienes Que Conocer el Estilo de Aprendizaje de tu Hijo Ahora.

Cuando yo comencé, no conocía suficientemente bien a nuestros muchachos ni sabía suficiente acerca de estilos de aprendizaje para adivinar cuál fuera el de cada uno de ellos.

Aun hoy no podría decir cuáles son precisamente sus estilos de aprendizaje óptimos, pero he dado con estrategias para ayudarles a librar los atolladeros.

En la actualidad hay más materiales con excelentes ideas para ayudarte a aprovechar los puntos fuertes del estilo de aprendizaje de tu hijo. Sin embargo, yo te aconsejo que no te apoyes tanto en sus puntos fuertes que no fortalezcas sus puntos débiles.

8. Tu Hijo Está Mejor  Sin “Socialización.”

Parece que la gente tiene la idea de que la única manera en que tu hijo puede aprender a llevarse bien con otros es que lo suelten en medio de otros treinta tiranos de cinco años de edad para ver quién logra sobrevivir.

Pero Dios tiene una idea diferente. Él dice: “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo” (Efesios 4:32).

Necesitamos enseñar a nuestros hijos que benignidad incluye compartir sus juguetes, jugar a lo que la otra persona quiere jugar, y practicar buenos modales. La esencia de la verdadera socialización el la Regla de Oro. En otro tiempo hasta las escuelas públicas enseñaban eso.

9. Los Adolescentes Son Personas Maravillosas.

En algún tiempo yo me angustié mucho por el momento en que mis niños llegaran a ser adolescentes.

La gente decía: “No más espera hasta que sean adolescentes. Se rebelarán. Todos lo hacen. Es parte del proceso de maduración.”

¡Eso no es cierto! No todos los adolescentes se rebelan. Solamente en este siglo se ha visto la rebeldía masiva de los adolescentes que algunos nos dicen es normal.

La buena noticia es que no es necesario que suceda si desarrollas una buena relación con tus hijos. Pasen tiempo juntos, no sólo estudiando, sino trabajando, jugando y adorando.

Mi esposo es el fan número uno de nuestros muchachos. Él fomenta sus intereses, como la computadora o el fútbol, aún cuando no sean las cosas que le interesan a él. Él es el modelo que ellos tienen de lo que significa hombría en su trato conmigo, en su compromiso con el Señor y en su liderazgo espiritual de la familia.

Los años adolescentes han sido los mejores de todos hasta ahora. Debo reconocer que no siempre estamos totalmente de acuerdo en todo, pero podemos comentar nuestras diferencias de opinión. Los muchachos son personas idealistas, serios y fascinantes que tienen compromiso con el Señor.

10. La Dedicación es la Clave del Éxito de la Educación en el Hogar.

Cuando uno hace que su educación en el hogar sea la más alta prioridad, tendrá éxito. No todo muchacho podrá sobresalir en las mismas áreas, ni hará las cosas igual. Sin embargo, la atención personal ayudará a cualquier muchacho a lograr más.

Tu compromiso se manifiesta en la constancia, en dedicarte al estudio todos los días, en lo que puedes aprender de las situaciones imprevistas que interrumpen las lecciones, y en no darte por vencida cuando sientes que no estás haciendo nada bien.

Comprométete a hacer el mejor trabajo que te sea posible. Si el día de hoy no salió tan bien, intenta un método nuevo mañana. Llama a alguna amiga que educa en el hogar para buscar ánimo, pero no dejes de volverlo a intentar, porque estás formando a un joven o a una señorita para Dios.

Copyright July/August 1998

by The Teaching Home,

Box 20219, Portland, OR 97294

www.TeachingHome.com

Reprinted by permission