Decentemente y con Orden
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Decentemente y con Orden
Por Becky W.

Un plan ordenado te puede ayudar a encontrar tiempo para cada responsabilidad.

¿Cómo encuentra tiempo y energías una ocupada madre que instruye a sus hijos en el hogar, para que “todo se haga” y además que se haga “decentemente y con orden” (I Corintios 14:14)? La respuesta es oración y planeación. No se logra gran cosa de valor sin previsión. La Escritura nos recuerda: “Encomienda a Jehová tus obras, y tus pensamientos serán afirmados” (Proverbios 16:3).

Usa una hoja de planeación para la semana, y haz un presupuesto de tiempo. De tu ingreso de 24 horas diarias y siete días por semana, asigna tiempo para tus gastos fijos: reuniones de iglesia, compromisos preestablecidos, y otros inalterables. Después, tomando en cuenta el horario de trabajo de tu marido, establece tiempos fijos para despertar, comer, dormir. Si es posible, deja tiempo para tu propio estudio bíblico antes de que se levanten los hijos. En todo caso, asigna tiempo para aseo personal y limpieza al levantarte y tiempo para recoger después de cada alimento, así como un tiempo para recoger antes de dormir.

Cuando se haya invertido tiempo en una rutina matutina que incluya aseo personal, desayuno, limpieza y tareas domésticas, el siguiente paso es fijar hora definida para inicio y término de su día escolar. Decide cuánto tiempo puedes invertir. Generalmente será entre dos y cuatro horas, dependiendo de la edad de tus alumnos y el material educativo que utilices. Incluye un periodo de 15 minutos para limpieza de la escuela. Luego, apégate a ese horario establecido.

Muchas familias disfrutan una hora de siesta o lectura después de la comida de mediodía, especialmente si hay pequeños en la familia.

La tarde se puede programar para diversas actividades artísticas, domésticas, técnicas, según la necesidad. No olvides dejar tiempo para actividades que de otra manera serían olvidadas.  Calcula tiempo para ir de compras, quehaceres, cocinar, lavar ropa y otras responsabilidades de la semana.

Nadie ha dicho que sea fácil, pero sí es posible cumplir con todas las prioridades que el Señor ha establecido, de una manera que le honre a Él, agrade a nuestro marido, beneficie a nuestros hijos y nos satisfaga a nosotras mismas y a otros.

Copyright April/May 1991

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