Raíces del Carácter
por Ray E. B.
Amor a Dios
Edificar el
carácter requiere un temor (respeto piadoso) y amor de Dios.
Salomón dijo, "El principio de la sabiduría es el temor de Jehová;
los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza" (Proverbios 1:7).
Cuando un niño recibe a Jesús como su Salvador personal, nace de nuevo
espiritualmente en el reino de Dios. A
partir de este momento, empieza un proceso de crecimiento espiritual para toda
la vida.
El desarrollo
del carácter piadoso es el fruto más importante para nutrir en la vida de tu
hijo. También da la casualidad
que es el más difícil y que requiere más para ser inculcado.
Esto porque el mundo, la carne y el diablo están luchando y rebelándose
ferozmente contra la inculcación del carácter piadoso.
"Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra
principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas,
contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestes"
(Efesios 6:12). Estos poderes se
disputan continuamente el control del corazón y del alma de tu hijo.
No quieren nada menos que robarle su amor de Dios y el carácter dado por
el Espíritu de Dios.
Debido a que
el carácter piadoso brota de una profunda relación con Jesucristo, hay que
enseñar a tu hijo a orar, leer y memorizar las Escrituras, obedecer la Palabra
de Dios, buscar convivir con otros cristianos de ideas afines, y ser un
testimonio de Cristo.
Hay que enseñar
a tu hijo a amar a Dios y buscarle diariamente con todo su corazón.
Conforme tu hijo desarrolle una relación profunda y perdurable con
Jesucristo, tendrá la habilidad de crecer en carácter divino.
Ejemplo
Hay un refrán
antiguo que dice: Lo que haces habla tan fuerte que no puedo oír lo que dices.
¡Los niños aprenden más por lo que ven que por lo que oyen!
Los padres bienintencionados a menudo hablan de la importancia de los
valores sólidos y el carácter cristiano pero exhiben un estilo de vida que no
está de acuerdo con lo que enseñan. Los
padres tienen que cuidarse de palabras vacías mediante la práctica de lo que
enseñan. Ellos mismos tienen que
poner un ejemplo de piedad mientras describen verbalmente cómo hacerlo.
Los niños
pueden crecer cognoscitiva e intelectualmente sin crecer espiritualmente.
Por esto los hijos pueden repetir como un loro los valores y creencias
que sus padres quieren oír sin creerlo en su propio corazón.
Por ejemplo, un niño puede recitar Juan 3:16 y sin embargo no conocer
personalmente al Dios de amor ahí descrito.
Puede recitar Efesios 4:32 y sin embargo tratar mal y no perdonar a sus
hermanos y amigos.
Como los
adultos, los niños pueden imitar la conducta cristiana y sin embargo ser tibios
espiritualmente. No te conformes
con la mera recitación intelectual de valores y creencias. Más bien, busca una transformación completa del carácter y
el estilo de vida que se conforma a la voluntad de Dios.
Oración
Además de tu
propio ejemplo, también tienes que orar por tus hijos.
Pasa tiempo de rodillas buscando la dirección divina y protección para
tu hijo. ¿De qué otra manera
puedes cumplir con el mandamiento de Efesios 6:4 de criarlos en la disciplina y
amonestación del Señor? Pídele diligentemente a Dios que te dé la sabiduría para
esta tarea.
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February /
March 1991
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