Entre Mamás - Abr 2002
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Entre Mamás – Abr 2002
por Pamela Richardson

¡Qué gozo fue estar con tantas madres en México, D.F., que han entregado sus vidas para entrenar a sus hijos! La sociedad de hoy nos dice que, como mujeres, hagamos lo contrario de lo que Dios nos dice que hagamos. Por esto es aun más importante que inculquemos en nuestros hijos los caminos de Dios desde la infancia. Es algo demasiado importante como para dejárselo a alguien más. Y la verdad es que nadie más puede cumplir realmente con este papel como pueden los padres – Dios quería que nosotros fuéramos los que entrenáramos a nuestros hijos.

El Salmo 127:3-5 nos dice: "He aquí, herencia de Jehová son los hijos, cosa de estima el fruto del vientre. Como saetas en manos del valiente, así son los hijos habidos en la juventud. Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos; no será avergonzado cuando hablare con los enemigos en la puerta."

Dios dice que nuestros hijos son cosa de estima y se refiere a ellos como flechas. Si realmente pensamos en una flecha,  esto nos puede dar una buena perspectiva de lo que es nuestro llamado. La intención con una flecha no es que se quede en la aljaba. La intención es que sea lanzada. Con ese propósito se creó.

Este mes lanzaremos otra flecha para la gloria de Dios. Nuestra hija, Misty, se casará el 20 de abril. Será una ocasión gozosa. Desde que nació sabíamos que un día la lanzaríamos. Estos veintidós años han sido el tiempo de preparación para Misty. Ella estaba preparada para servir a Dios – donde fuera que Él la llamara – y preparada para servir en su propio hogar.

Ella ha servido como mujer soltera – en nuestro hogar, en la iglesia y con otras familias. Ahora servirá en su propio hogar como la señora Marr, y si Dios lo permite, un día será la madre de sus propias flechas. Ella piensa educar a sus propios hijos algún día. Ella fue educada en el hogar desde el segundo grado y también ha ayudado a enseñar a sus propios hermanos más pequeños. Todas estas experiencias – su propia educación, servir en nuestro hogar y ayudar a otros – la han preparado para el nuevo camino por el que Dios la ha llevado.

No sabemos si todos nuestros hijos se casen, pero sabemos que la voluntad de Dios es que todos ellos le sirvan con sus vidas. Por esto nos fueron dados y para esto los estamos preparando. Que Dios les fortalezca al seguir en este supremo llamamiento de lanzar flechas para Su gloria.

 

Caldo de Res

 

            1 kilo de carne de res, en trozos                           1 cebolla grande

            1 cabeza de ajo                                                  3 tomates picados

            1 manojo de cilantro, picado                         ½ repollo, cortado en piezas grandes

            4 zanahorias grandes, en rebanadas grandes                        2 ramitos de hierbabuena

 

Este caldo sabe mejor si se prepara el día que se sacrifica la res – el verdadero sabor ranchero. Cubre la carne con agua y hierve con ajo, cebolla y sal al gusto hasta que esté suave. Agrega las verduras picadas excepto las papas. Hierve por diez minutos y luego agrega las papas. Cuece hasta que estén listas las verduras. Riquísimo con tortillas, salsa y limón.