Aprendizaje Fragmentado
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Aprendizaje Fragmentado
por Suzanne R.

Como tantas familias que instruyen a sus hijos en el hogar, me encuentro luchando con tanto que deseo hacer y un tiempo tan limitado para lograrlo todo. Encontré gran alivio para mi frustración al descubrir el aprendizaje fragmentado. He descubierto que la ingestión constante de pequeñas cantidades puede conducir a una gran cantidad de verdadero aprendizaje.

Un método para ir añadiendo fragmentos de aprendizaje es mediante la música por las mañanas. Muchos de nosotros iniciamos nuestro día escuchando música cristiana en el hogar. Una experiencia sencilla que enriquece en gran manera es agregar algo de música clásica de algún compositor reconocido y concentrarse en un compositor diferente cada semana. Sólo menciona al compositor y repite la música durante el desayuno y la limpieza de la casa. De esta manera se vuelve parte de nuestra vida.

Otra manera de agregar fragmentos es asignar tareas a todos, todos los días. Un ejemplo sería que cada lunes todos presentan un informe de dos minutos sobre algún animal. El trabajo de investigación lo realiza el alumno, usando libros de ciencias, revistas sobre naturaleza y libros sobre animales. Reúne la información y la comparte con nosotros, y todos nos beneficiamos.

El miércoles es día de poesía, y cada uno viene preparado para leer una poesía en voz alta (incluyendo a Mamá). Tengo en el librero varios libros de poesías. A mis hijas les encanta buscar una poesía nueva que puedan compartir, y con frecuencia preguntan si pueden compartir dos.

El viernes nos concentramos en las noticias de la semana. Cada niña comparte un evento noticioso de una revista o periódico. Nos presentan las cinco palabras interrogativas (quién, qué, dónde, cuándo y por qué). Encontramos la ubicación geográfica del incidente en el globo terráqueo, y frecuentemente entablamos un diálogo más a fondo sobre el tema. (¿Qué es un terremoto? ¿Podría ocurrir aquí? ¿Cómo podemos ayudar?)

Los martes y jueves las niñas tienen oportunidad de compartir parte de algún libro que han disfrutado y nos lo leen en voz alta. Esto les permite practicar la lectura en voz alta en público. Disfrutan mucho la oportunidad de compartir porciones favoritas de un buen libro.

Muchos libros se prestan para el aprendizaje fragmentado. Actualmente estamos utilizando Operación Mundo para aprender acerca de geografía y misiones alrededor del mundo. Este libro enumera un país para cada uno de los 365 días del año. Incluye un pequeño mapa, estadísticas y peticiones de oración por cada país. Localizamos el país en el globo y oramos por su gente.

Otros libros que hemos estudiado de esta manera incluyen libros de historia de nuestro estado y del país. Seleccionamos un libro que contenía un capítulo sobre cada presidente. El libro comentaba acerca del crecimiento territorial y los estados admitidos durante la gestión de cada presidente, así que dibujamos un mapa e íbamos agregando los estados cuando leíamos acerca de cada presidente.

En el campo de la ciencia, usamos el libro: Yo Soy el Cuerpo de Juan, publicado por Selecciones del Reader’s Digest. Cada día leíamos acerca de diferente parte del cuerpo. Este libro contiene porciones en las que se refiere a la evolución, así que eso nos brindaba la oportunidad de comentar esa teoría frente a la revelación bíblica.

La hora de la comida es un tiempo excelente para leer pequeños fragmentos de buena literatura. Mediante la lectura de un capítulo diario, hemos leído toda la serie de las Crónicas de Narnia. Varios libros de ficción histórica han dado pie a preguntas y comentarios sobre el pasado de nuestro país.

Aprendemos la Escritura en pequeños fragmentos también. Cada mes selecciono un Salmo o alguna otra porción de la Escritura. Lo leo en voz alta diariamente, y con el paso de los días, me detengo y pido a las niñas que suplan las palabras o frases faltantes. He descubierto que podemos memorizar como 10 versículos por mes de esta manera.

Finalmente, el tiempo en el auto provee ocasión para aprender pequeños fragmentos. Después de agregar un tocacintas, hemos disfrutado grabaciones dramatizadas de historias bíblicas y épocas de la historia. Cuando vamos camino a la clase de francés, tenemos tiempo para repasar con un libro y un cassette. También conservo una grabación de pasajes bíblicos musicalizados. En los primeros minutos de nuestro viaje toco una porción sin comentarios. Después de varios días, volteo el cassette para tocar el lado que tiene únicamente el acompañamiento musical, y nos asombra descubrir que nos sabemos la letra.

Al recordar todo lo que hemos hecho con los pequeños fragmentos de tiempo, comprendo lo valioso que son esos momentos, y cuánto podemos enriquecer nuestra vida y nuestra educación si tan sólo agregamos regularmente esos pequeños fragmentos a nuestra vida.

Copyright April/May 1991

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