Aprendizaje de Administración
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Aprendizaje de Administración del Hogar
por Joy Marie D.

Es saludable que los niños jueguen, y debe concedérseles diariamente conforme a sus respectivas edades. Pero el trabajo y la responsabilidad también son esenciales para el bienestar físico, moral y hasta psicológico del niño.

Físicamente, el trabajo provee ejercicio para sus cuerpos que se encuentran en desarrollo. Moralmente, les enseña cualidades de carácter como diligencia, dominio propio, perseverancia, responsabilidad y preocupación por los demás. Psicológicamente, les provee un reto, metas hacia las cuáles se pueden esforzar y la conciencia de que son útiles y necesarios para otros.

Yo creo que a un niño se le debe preparar gradualmente para sus responsabilidades de adulto, mediante la delegación progresiva de responsabilidades.

Deseamos empezar con cosas pequeñas, exigiéndole al preescolar únicamente que recoja lo que tira y que ayude con cosas sencillas como poner la mesa, doblar toallas y guardar su propia ropa limpia en su ropero.

A medida que nuestro hijo crezca, estará listo para asumir responsabilidades gradualmente incrementadas, hasta que en sus años adolescentes comparta una porción substancial de la administración y cuidado del hogar, en preparación para la edad adulta.

Si lo único que hiciera fuera lavar los platos o sacar la basura, no estaría adecuadamente preparado para manejar un hogar.

Nuestros adolescentes necesitan desarrollar una buena capacidad para planear un menú, comprar provisiones para el hogar de manera oportuna, mantener provisiones organizadas y en orden, reparar, limpiar y dar mantenimiento al equipo de la escuela y del hogar, y coordinar los horarios de diversos miembros de la familia de tal manera que se satisfagan las necesidades de cada uno todos los días.

Cada una de estas áreas requiere de amplia capacitación y experiencia, y se deben desarrollar por partes a lo largo de los años para poder alcanzar éxito perdurable.

Considerando lo efectivo del modelo de aprendiz, debemos ver a nuestros hijos de edad escolar como si fueran nuestros aprendices en lo que concierne a la administración del hogar.

Niños Pequeños

Nuestros preescolares hacen trabajos sencillos y ayudan a los otros con sus quehaceres.

El niño pequeño tiende a estar tan deseoso de ayudar como de jugar. Esta edad es ideal para inculcar en tu hijo un gusto por el trabajo, incluyéndolo en tus quehaceres domésticos de manera sencilla.

Con tu actitud alegre, procura que el trabajo en equipo sea divertido. Habla del trabajo como un privilegio. Ríe, canta, platica y cuenta anécdotas mientras trabajas. Mira a tus hijos a los ojos con una sonrisa, y ellos llevarán esa asociación positiva con ellos para siempre.

Primeros Grados

Los primeros grados son la oportunidad para que los niños tengan sus primeras experiencias con un poco de verdadera responsabilidad que no sea sólo ayudar con el trabajo de otros. Se le deben pedir cuentas al niño por ciertas cosas que él debe hacer por sí mismo diariamente: recoger sus propios juguetes, tender bien su cama, vestirse por la mañana y guardar su ropa sucia sin que haya necesidad de recordatorios.

Otras responsabilidades pudieran ser: poner la mesa, secar platos u otros quehaceres sencillos que sientas que sería justo exigirle diariamente o semanalmente. A medida que nuestros hijos lleguen a una edad que lo permita, les empezamos a enseñar a hornear, cocinar, recortar los arbustos, podar el pasto, coser y cuidar o reparar las herramientas.

Si nosotros vemos estas habilidades como un privilegio, nuestros hijos las verán de la misma manera. Si al contrario, las vemos como un fastidio, nuestros hijos harán lo mismo.

Final de Primaria

Los niños en los últimos grados de primaria están listos para asumir responsabilidades mayores, como el mantenimiento de todo un cuarto, incluyendo una diversidad de quehaceres. Esto es administración del hogar en microcosmos. (Será conveniente enseñar cada tarea pacientemente y en repetidas ocasiones según sea necesario, dándoles tiempo a los niños para acostumbrarse a sus nuevas responsabilidades.)

Un niño pudiera ser responsable del baño, sabiendo cómo limpiar lavabo y regadera, cómo asear el espejo, recoger y ordenar, reponer consumibles como jabón y papel, y colocar toallas limpias. Puede aprender que la responsabilidad encierra una diversidad de tareas y un sentido de programación de tiempo, organización y vigilancia.

Los niños de esta edad necesitan concentrarse en el lugar que le corresponde a cada cosa en la casa y cómo cuidar bien de lo que pertenece a la familia, además de lo que les pertenece a ellos en lo personal. Ya tienen edad para usar herramientas de jardinería, artículos de costura, utensilios de cocina y materiales de artesanía, y necesitan aprender a usar correctamente estas cosas, guardándolas cada vez que terminen de usarlas.

A esta edad puedes enseñar valores mediante la conversación, memorización bíblica y tareas escolares sobre la importancia de la responsabilidad, la manera en que una buena actitud afecta el éxito de todo lo que emprendemos, y cómo el trabajo físico puede ser un servicio de amor a Dios y a la gente que amamos y que hemos sido llamados a servir.

Los niños son fuertemente motivados por nuestras expresiones de aprecio por el trabajo que hacen, así que no dejes de tomar el tiempo para expresar tu gratitud de una manera sincera y cálida. Admira su trabajo y usa de ternura para hacer cualquier crítica constructiva.

Los niños de esta edad también necesitan ayuda para aprender a ser puntuales y esmerados, rasgos de carácter que serán de gran utilidad para ellos el resto de sus vidas.

Los niños deben aprender a reconocer la conducta apropiada de varias maneras, siendo serviciales en cualquier forma posible:

• Deben aprender a observar las necesidades, sentimientos y metas de sus padres y cómo responder correctamente a ellas.

• Deben percibir cuando Papá ha tenido un día pesado y necesita algo de tranquilidad, o cuando algún miembro de la familia tiene dolor de cabeza y necesita que bajen el volumen de la música.

• Pueden aprender a “gozarse con los que se gozan y llorar con los que lloran” como exhorta la Biblia (Romanos 12:15).

• Pueden preguntar cómo pueden ayudar a prepararse para algún evento en lugar de sólo brincar de emoción y estorbar como lo haría un niño menor.

• Pueden ayudar a Mamá a servir la comida en lugar de sólo estar deseando que se diera más prisa.

Es necesario enseñarles estas cosas a los niños. No las van a aprender por sí solos. Tenemos que darnos el tiempo para encontrar las palabras para comunicarles estas cosas. Esto es mucho más fácil si reflexionamos sobre ello antes de que se nos atraviesen y estén estorbando.

Los niños necesitan aprender el valor de ser personas útiles con actitudes de ayuda. Podemos enseñar esto mediante lecturas que modelan esta clase de actitud (y evitando lecturas e influencias en la vida de nuestros hijos que fomentan lo contrario). También enseñamos esta clase de actitud con nuestras conversaciones y ejemplo.

Adolescentes

Se le concede al aprendiz la oportunidad de ganar nuevos privilegios mediante su fidelidad en las responsabilidades que ya se le han asignado. De la misma manera, conforme nuestros hijos avancen aún más en diligencia y fidelidad, empezamos a confiarles nuevas áreas de responsabilidad y los privilegios que las acompañan.

Por ejemplo, como nuestro hijo adolescente está encargado de preparar algunas de las comidas para la familia cada semana, le toca también el privilegio de escoger lo que vamos a comer en esas ocasiones (dentro de los límites de nuestro presupuesto y con apego a los principios de la buena nutrición).

Nuestros adolescentes se encuentran en una edad en la que verdaderamente están aprendiendo lo que significa “administración del hogar.” Entre los dos, mantienen limpia la sala, se encargan de lavar la ropa de principio a fin y lavan los platos. También están pendientes de los productos de limpieza que se empiezan a agotar para anotarlos en nuestra lista de compras, llevan cuentas de nuestras compras de alimentos a granel, y ayudan a tener las comidas listas a tiempo.

Ambos muchachos están llevando actualmente un curso de nivel de secundaria sobre “administración del hogar,” bajo mi dirección. Les he encargado ciertas lecturas sobre limpieza de la casa, reparación de aparatos domésticos, conservación de muebles, tips útiles para el hogar, cuidado del auto familiar, y más.

Mi esposo y yo consideramos que nuestros adolescentes son socios nuestros en la administración de los aspectos prácticos de nuestro hogar. Aun así, exigimos que respeten nuestros deseos y que vivan bajo nuestra autoridad, y estamos pendientes de ellos para asegurar que estén cumpliendo adecuadamente con nuestras metas e instrucciones.

Sin embargo, mediante la delegación de áreas enteras de responsabilidad por la administración armoniosa del hogar, les estamos dando a nuestros adolescentes un modelo en miniatura de lo que será su responsabilidad como adultos. De esta manera, deben poder entrar a esa etapa de la vida de adultos bien preparados para el éxito.

Copyright July/August 1998

by The Teaching Home,

Box 20219, Portland, OR 97294

www.TeachingHome.com

Reprinted by permission