Un Mensaje Escrito
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Siete Pasos Para
Redactar un Mensaje Escrito
Si tu hijo
puede formar y presentar un mensaje con eficacia, tendrá una habilidad que le
servirá por toda la vida en sus relaciones personales, en su trabajo, y más
especialmente en su ministerio. Piensa en tu
iglesia. ¿Cuánto de lo que se hace (enseñanza, exhortación, aliento, formación
de relaciones) depende de mensajes escritos o verbales? En II
Corintios 5:19-20, Pablo nos dice que Dios nos ha encargado su Palabra: “Y nos
encargó a nosotros la palabra de reconciliación. Así que somos embajadores en
nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros.” Por
tanto, la habilidad para presentar un mensaje efectivo nos equipa tanto
para ministerio como para evangelismo. Al formar
mensajes para tareas de redacción, los niños aprenden a analizar información,
seleccionar el contenido importante, explicar conceptos difíciles, escoger un
orden para su mensaje que tenga sentido, comparar diferentes ideas o eventos y
persuadir a sus lectores o a su auditorio. Los escritores
y oradores tienden a seguir un patrón previsible en la composición de su obra.
Pudiera ser que en algunas ocasiones descuiden algunos de los pasos en el
proceso, o quizá omitan por completo algunos pasos. Pero entre mejor sea la
redacción, más se apegarán a este patrón. Entre más escriban los niños, más
útil resultará este patrón. Cuando tus
hijos acudan a ti en sus actividades de redacción, puedes sugerir estos pasos
para ayudarles a superar los escollos. Tomar tiempo para los pasos preliminares,
considerar las opciones y apuntar tus ideas antes de comenzar a escribir,
facilitará todo lo demás. También puedes ejemplificar estos pasos en tus
propios escritos. Paso 1: Escoge un Tema
de la Experiencia El mensaje
debe venir de algo que el niño ha leído, escuchado, experimentado, visitado o
visto. El niño debe tener algo qué decir en su redacción, algo que su lector
no conozca. Pide a tu hijo que investigue algo sobre la América colonial antes
de escribir sobre el tema. Algunas
personas creen que los niños deben escoger sus propios temas, ya que ellos son
los que mejor saben lo que entienden y conocen, pero tú puedes escoger un tema
general de escritura que apoye algo en tu plan de estudios y permitir que ellos
lo enfoquen sobre algún aspecto específico. Después ellos pueden compartir
algo desde su propia perspectiva, agregando alguna idea personal sobre el tema. Paso 2: Toma
Decisiones Preliminares Los escritores
toman ciertas decisiones preliminares, consciente o inconscientemente. Dar al niño
estas opciones hará que la redacción sea más divertida y tenga más
significado para él. Auditorio. ¿Quién
será el lector? Propósito. ¿Qué
es lo que quiere lograr tu hijo? Forma. Muchos
maestros usan la redacción de historias “creativas” en forma casi
exclusiva. Sin embargo, en la vida real pocos adultos escriben
“creativamente.” Para compartir lo que han aprendido, anima a tus hijos a
escribir relatos verídicos. Esto provee habilidades básicas que les ayudarán
como adultos a redactar cartas al editor, informes en el trabajo, apelaciones
persuasivas, discursos, etc. Perspectiva. Aún
un informe puede mostrar quién es su autor. Anima a tu hijo a reflejar su
propia personalidad en su escrito, su propia perspectiva sobre el tema, alguna
lección que quiera recalcar: no sólo
Alejandro Magno, sino por qué fue tan gran líder; no sólo rocas, sino la
asombrosa variedad de rocas, o aun cómo Simón Pedro era como una roca. Compartir una
perspectiva personal constituye la diferencia entre una redacción buena y una
redacción excelente. Paso 3: Analiza tu
Tema Anima a tu
hijo a tomar varias horas para recopilar ideas y escribirlas en una lista que
usará para hacer su primer borrador. Puede usar la lista para redactar una
declaración de propósito o perspectiva, y después reordenar su lista para
presentar su idea de la mejor manera posible. Los escritores
tienen que pasar cierto tiempo pensando en lo que van a escribir; haciendo una
lista de sus ideas, frases y palabras; y delimitando su contenido. Este es el
paso más importante de la redacción, pero uno que muchas personas omiten. Paso 4: Escribe el
Primer Borrador Con una lista
de palabras claves minuciosamente preparada, este paso no debe llevar mucho
tiempo. Recuerda que
muchas veces la redacción es un esfuerzo cooperativo. Anima a tus hijos a
comentar su trabajo y conseguir más ideas de otros al escribir. Paso 5: Revisa el
Borrador Después de
completar el primer borrador, los escritores vuelven a leer su borrador, viéndolo
esta vez desde el punto de vista del lector, y encontrando maneras de mejorar el
mensaje. Para niños
pequeños, esto pudiera significar volver a leer su ensayo sin cambiar nada,
pero entre más escriban, más desarrollarán una capacidad crítica. Cuando los niños
estén listos para recibir sugerencias sobre cómo mejorar su trabajo, les
puedes ayudar más de lo que tú te imaginas. Considera tus
propias reacciones después de oír hablar a alguien en la iglesia, o reuniones
de educadores en el hogar, en una clase o en cualquier otro lugar. Pudieras decir
cualquiera de las siguientes cosas: • No tenía
idea de cuál era su argumento. • Expone
todo con tanta claridad que sé exactamente hacia dónde va. • ¿Tú
entendiste lo que quiso decir con esa afirmación? • Usa
palabras rimbombantes que yo no entiendo. • Me gustan
sus ejemplos. Es tan obvio que provienen de experiencias personales que son
importantes para él. • Nos dice
que hagamos algo, pero no nos explica por qué. Cada uno de
estos comentarios se relaciona con una característica de la buena redacción.
Enseña a tu hijo a evaluar su escrito usando estas características: Enfoque. ¿Tiene
tu hijo algún argumento, propósito, lección personal, y se apega a este propósito?
¿Se relacionan con ese enfoque todos los párrafos? ¿Puede el lector darse
cuenta de cuál es el enfoque? Intenta resumir en una oración la idea principal
del ensayo y pregunta a tu hijo si lo que entiendes es correcto. Organización.
¿Parece haber alguna trama en la presentación del niño? ¿Tiene algún
sentido el orden en el que presenta las cosas? Un mensaje bien formado tiene algún
tipo de estructura para que tenga solidez. Procura descubrir la organización, y
pregunta al niño si eso es lo que quería hacer. Fluidez. Busca
saltos de una idea a otra. ¿Construye tu hijo puentes de un párrafo a otro? ¿Entenderá
el lector por qué cambia el mensaje de una idea a otra? Si algo parece
imperfecto, pregunta al niño cuál es la relación. Frecuentemente será
suficiente insertar unas pocas palabras para que se aclare el sentido. Claridad. ¿Tienen
sentido las instrucciones? ¿Hay algo que te confunde? Intenta repetir las
instrucciones o definiciones más sencillamente para ver si las entiendes. Público. ¿Parece
estar hablando con alguien el niño? ¿Manifiesta estar pensando en lo que esa
persona pudiera querer o necesitar saber? ¿Es interesante el comienzo para
captar tu atención? ¿Ha explicado los conceptos difíciles, definido las
palabras desconocidas, o usado suficientes ejemplos que pueda entender el público? Voz. ¿Ha
escogido tu hijo un tema sobre el que pueda escribir con autoridad? ¿Tiene algo
que compartir con su público que ellos no sepan ya? ¿Ha producido
tu hijo algo que es propiamente suyo, un mensaje que comunica su perspectiva
sobre una experiencia, lección o problema, o su experiencia trabajando con algún
proceso? La
personalidad, el carácter, el humor, el sentimiento y el entendimiento de tu
hijo deben ser evidentes en el mensaje para que el público sienta que interactúa
con otro ser humano. Si trae algo de sí mismo a la composición, valóralo como
valorarías una hermosa fotografía. Mostrando –
No Diciendo. ¿Muestra tu hijo cómo es algo para que el lector lo pueda
imaginar por sí mismo? ¿Explica tu hijo las razones para creer que algo es
cierto, o simplemente dice que lo es? ¿Parece estar
diciendo, “Esto es lo que tienen que saber o entender para que decidan por sí
mismos” o “¡Créanme lo que les digo!”? ¿Usa ejemplos que le ayudan a su
lector a sentir algo por sí mismo? Es un placer leer escritos vívidos,
concretos, y específicos. Estas son las
características que puedes elogiar en la escritura de tus hijos, al comentar
sus puntos fuertes. Debes ser muy amable cuando tienes que hacer comentarios
negativos. Paso 6: Redacta la
Composición de Nuevo Entre más
importante el mensaje, más frecuente será la repetición de estos dos pasos,
revisando y volviendo a escribir, revisando y escribiendo de nuevo. Te pudiera
sorprender el tiempo que dedicarán los niños a un trabajo cuando tienen un
mensaje que realmente les importa. Paso 7: Edita la
Composición Una vez que
los escritores tengan el mensaje tal como lo quieren, sólo entonces procuran
perfeccionar ortografía, puntuación y gramática. Para niños
menores, editar su trabajo por ellos les permite concentrarse en el contenido.
Después les puedes dar su trabajo original para que lo editen por ellos mismos
como ejercicio. Al darse
cuenta los niños de que pueden transmitir un mensaje a sus lectores más fácilmente
con gramática, ortografía y puntuación correctas, ¡empezarán a apreciar las
reglas de gramática y puntuación! Used by Permission The Teaching Home |