Cuidado con la "Mentalidad del Experto"
Hogar ] Arriba ] La Filosofía Educativa ] Cambios y Retos ] Centros de Aprendizaje ] Nuestros Lectores Escriben - Dic 1999 ] Entre Mamás - Dic 1999 ] Música: Propósitos y Objetivos ] Sugerencias para Enseñar las Matemáticas ] ¿Jamás Debe Asistir Tu Hijo A La Escuela? ] [ Cuidado con la "Mentalidad del Experto" ] Permanecieron ] La Última Palabra Diciembre 1999 ]

 

Padres Cristianos: Cuidado con la "Mentalidad del Experto"
por Earl Rodd

En nuestro tiempo vemos intentos hechos por educadores profesionales y otros por insistir que sólo el maestro titulado es competente para enseñar a los niños. Esta es solamente una de las manifestaciones de lo que nosotros llamamos la "mentalidad del experto." Esta mentalidad puede dejar a los cristianos sin poder cuando deberían ser poderosos. Para las familias que educan en el hogar, podría ser el impedimento número uno a la confianza que los padres deben tener de que son capaces de instruir a sus propios hijos (y de que han sido comisionados por Dios para hacerlo).

La mentalidad del experto es un derivado de nuestra era tecnológica. Frecuentemente carecemos de todo entendimiento respecto a asuntos de alta tecnología como la electrónica, o aun las piezas de un automóvil. Y por tanto, hay momentos en que necesitamos de un experto. Desafortunadamente, este concepto ha llegado hasta el campo de las así llamadas ciencias sociales. El problema es que el fracaso de la ciencia social ha sido tan rotundo como el éxito de la ciencia física.

Debemos cuidarnos de suponer, como lo pretende el humanista, que el éxito de la ciencia social está garantizado si se tienen títulos y credenciales. Recordemos que las credenciales del humanista significan que él ha sido bien entrenado en la rebelión contra Dios y contra sus pretensiones de señoría sobre nuestra vida.

También debemos estar conscientes de las presuposiciones o creencias del experto. El humanista que cree que el hombre es un animal evolucionado que va en constante mejoría ( y que necesita ser liberado de las ataduras de la ley de Dios) ¡no debe ser consultado como experto en ningún asunto relacionado con la conducta humana!

Esto nos lleva a una conclusión asombrosa pero cierta. Cualquier cristiano que comprende la naturaleza del pecado y la redención de Jesús sabe más acerca de los complejos asuntos de la naturaleza, conducta y funciones humanas que un humanista con cinco títulos. La Biblia lo dice con tanta claridad:

"Sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte" (I Corintios 1:27; ver también I Corintios 2:10-16).

Por supuesto, esto no excusa la falta de diligencia. Tampoco significa que los padres cristianos nunca han de acudir a otra persona en busca de ayuda.

La Biblia manda específicamente a las mujeres mayores que instruyan a las mujeres más jóvenes, y nos dice claramente que el cuerpo de Cristo está compuesto de muchos miembros, todos dotados de diferentes especialidades. A los creyentes en Cristo se les alienta a edificarse unos a otros. Y el libro de Proverbios nos recuerda que en la multitud de consejeros está la victoria.

Alentamos a los padres cristianos a tener confianza en que pueden hacer lo que Dios los ha llamado a hacer – formar a sus hijos – sin caer en temores e inseguridades engendrados por la "mentalidad del experto."

The Teaching Home Feb/Mar 92