Nuestro Padre Celestial
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Nuestro
Padre Celestial es Nuestra Mayor Fuente de Apoyo
Mary preguntó, "En cuanto a la creciente inquietud acerca del agotamiento
entre madres que enseñan en casa, ¿es posible que¼las
familias que tienen más éxito al enseñar en casa son aquellas en las que el
horario o la situación laboral del padre le permite pasar más tiempo que el
usual en casa durante el día escolar?"
Yo tendría que contestar que no. Soy
la esposa de un oficial de la Fuerza Aérea.
A menudo mi esposo tiene que salir por varias semanas a la vez.
Si mi éxito en la educación en el hogar dependiera totalmente de su
participación, nuestra experiencia de educar en casa sería un fracaso.
Por favor entiendan lo que estoy diciendo.
No siempre puede estar físicamente para participar en las actividades. Pero puedo decir que nos apoya con palabras de ánimo,
llamadas telefónicas, notas, y oración. El
no siempre era así. De hecho, hubo
un tiempo cuando ni siquiera estaba de acuerdo con educar en el hogar. Después
de cinco años de enseñar en casa, yo estaba empezando a sentir los efectos del
"agotamiento." Mi esposo
pudo ver que el quehacer, los proyectos, y las tareas no terminados empezaban a
juntarse. No éramos tan estrictos
con nuestro horario, y las llamadas telefónicas empezaban a interrumpir nuestro
tiempo de escuela. Las dudas venían
constantemente como inundaciones. Gracias
a Dios por un hombre sabio y sensible quien vio que si íbamos a tener éxito
como familia educadora en el hogar, él necesitaba tomar un papel más activo. Empezó a llamar diariamente a la casa, o en cualquier ocasión
que pudiera hablar con cada uno de nuestros cuatro hijos, dando seguimiento a
sus tareas asignadas específicas, y para animarles a ayudar a su mamá.
Se encargó de cuentos y canciones a la hora de acostarlos, lo cual me
liberó para bañarme, planear, o simplemente desplomarme.
Tal vez lo más provechoso que hizo fue tomar tiempo para señalarme
desde dónde habíamos partido y los logros realizados por nuestros hijos debido
a su educación en el hogar. Apuesto
que estás pensando que su trabajo le permite la libertad de más tiempo – ¡de
ninguna manera! No cuenta con el
lujo de un empleo de 9 a 5. De
hecho, se levanta a las 4:00 a.m. sólo para tener tiempo a solas antes de irse
al trabajo a las 5:30 a.m. Regresa
a casa alrededor de las 6:30 p.m. y en ocasiones hasta las 10:00 p.m. o más
tarde. Su trabajo en el Pentágono
es uno de mucha presión, y si algún padre tuviera pretexto para no participar
en el hogar, estoy segura que él podría encontrar uno.
Al contrario, mi esposo realmente espera llegar a casa para participar
activamente en la crianza y entrenamiento de nuestros hijos y relevarme de un día
completo de trabajo. ¿Por qué?
¡Porque sabe que la experiencia de educar en el hogar es una bendición! ¡Hemos
aprendido muchísimo! Es como un círculo
sin fin de amor. Mientras él me
anima, por consecuencia puedo renovar mis fuerzas y darle más a él y a nuestra
familia. ¡Nuestro matrimonio se ha
fortalecido debido a ello! Trabajamos
como equipo para el mejoramiento de nuestros hijos.
También consideramos a nuestros hijos como nuestros "primeros discípulos."
Queremos asegurar que les hayamos entregado enseñanzas bíblicas y un
estilo de vida que perdurarán toda la vida. Sé
que hay mujeres que están enseñando en casa sin el apoyo de sus maridos, y en
este caso es donde otra persona que enseña en casa o un grupo de apoyo puede
apoyar. Pero la principal fuente de
apoyo tiene que ser nuestro Padre Celestial.
Un tiempo a solas diariamente junto con la convivencia con otros
creyentes edificará y estimulará. Como
dice Hebreos 10:25, "No dejando de congregarnos, como algunos tienen por
costumbre, sino exhortándonos unos a otros, y mucho más al ver que el día se
acerca." He
tenido que cambiar algunas de mis actitudes y patrones de conducta para evitar
el agotamiento. Primero tuve que
bajar mis expectativas en cuanto a los quehaceres de casa.
¡La casa jamás va a estar perfectamente limpia!
Pero sí puedo (con la ayuda de nuestros hijos) mantener la basura
recogida y la casa ordenada. Jamás
podré agradecer adecuadamente a Emilie Barnes, autora de More Hours In My Day
(Más Horas En Mi Día), por enseñarme cómo ser una persona más organizada.
Tiene mucho impacto y me da más tiempo de calidad para pasarlo con mi
familia. Jamás quisiera
desarrollar en mis hijos un complejo de "tenemos que mantener la casa
perfectamente limpia." Quiero
que nuestra casa sea un hogar a donde la gente puede llegar y sentirse cómoda,
aceptada, y amada. Nuestra
experiencia de educar en el hogar empieza primero con nuestra convicción como
cristianos. Sabemos que es nuestra
responsabilidad entrenar a nuestros hijos en el camino en que deben andar.
Segundo, sabemos que enseñar en casa es un esfuerzo en equipo.
Requiere que todos los miembros del equipo trabajen en conjunto para
lograr eficazmente el objetivo sin sobrecargar, trabajar demasiado, o agotar a
ningún miembro. The
Teaching Home August
/ September 1989 Used
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