Su Relación con la Iglesia
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Educadores en el
Hogar y Su Relación con la Iglesia
Es importante
que los educadores en el hogar examinen detenidamente las Escrituras en lo que
concierne a su lugar en la iglesia. Para iniciar
nuestra exploración de este tema de tanta importancia, presentamos algunas
reflexiones de un consejero pastoral. Quisiéramos motivarles a escudriñar las
Escrituras sistemáticamente en oración para ampliar su entendimiento de esta
área tan vital. "Porque
de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los
miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo
en Cristo, y todos miembros los unos de los otros" (Romanos 12:4-5). "Y
considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no
dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos;
y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca" (Hebreos 10:24-25). ¿Qué Es la
Iglesia? La palabra
neotestamentaria, ekklesia, utilizada en la literatura secular antigua,
generalmente tenía el sentido de una asamblea de personas reunidas en un lugar
público para considerar algún asunto del interés común. En algunos casos el
significado básico se amplía para incluir cualquier reunión de personas, aun
cuando se trate de una muchedumbre amotinada. En Hechos
19:32-41 se usa la palabra ekklesia en ambos sentidos. Describe la reunión de
artesanos y comerciantes cuyo negocio de venta de ídolos se veía amenazada por
la predicación del evangelio por Pablo. Posteriormente se unió a ellos una
ruidosa y desordenada muchedumbre amotinada que ni siquiera sabía lo que estaba
ocurriendo y tuvo que ser despedida por el escribano. El uso moderno
de la palabra iglesia se aparta del significado de ekklesia en el Nuevo
Testamento. Con mucha frecuencia usamos el término en la actualidad para
referirnos a un edificio o a una denominación (ej. la Iglesia Bautista; la
Iglesia Presbiteriana). El Espíritu
Santo le asigna un nuevo significado a la palabra ekklesia/iglesia), que no se
ajusta precisamente, ni al uso antiguo ni al moderno. Con la excepción del
pasaje de Hechos 19 y otro más en Hechos 7:38 que se refiere a Moisés y los
hijos de Israel en el Monte Sinaí, el Espíritu Santo usa la palabra en el
Nuevo Testamento en dos sentidos importantes y relacionados. 1. El Cuerpo
de Cristo La palabra
ekklesia se usa más de cien veces en el Nuevo Testamento. Unas 25 de estas
veces se refiere a todos los verdaderos creyentes en Cristo, todos los que han
nacido de nuevo y forman eternamente parte de la familia de Dios. El término
"cuerpo de Cristo" viene de Efesios 1:17-23, donde leemos que Dios ha
dado a Cristo para que "sea cabeza sobre todas las cosas a la iglesia
(ekklesia), que es su cuerpo." Esta idea se
expresa en Colosenses 1:18 como sigue: "Él (Cristo) es la cabeza del
cuerpo que es la iglesia." En otros
pasajes Jesús dice que Él edificará su iglesia (Mateo 16:18), y se nos dice
que "el Señor añadía cada día a la iglesia a los que habían de ser
salvos" (Hechos 2:47). Una tercera
parte de los usos de ekklesia en el Nuevo Testamento se definen como "la
iglesia de Dios" (ej. Hechos 20:28). Tomado en el sentido neotestamentario
de que esto representa la iglesia que Dios ha formado de verdaderos creyentes en
Cristo procedentes de cualquier raza, pueblo, lugar o tiempo, nadie lo confundirá
con una docena o más de denominaciones que actualmente usan el título de
"Iglesia de Dios." Esta es la
iglesia que será presentada a Cristo como "una iglesia gloriosa, que no
tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin
mancha" (Efesios 5:27). Es la
"iglesia de los primogénitos que están inscritos en los cielos"
(Hebreos 12:23). ¿Cualquier
persona podrá tener la certeza de que forma parte de esta iglesia? El Espíritu
Santo nos dio el libro de I Juan con este propósito: "Estas cosas os he
escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis
que tenéis vida eterna" (I Juan 5:13). Sin embargo,
también es cierto que sólo Dios ve el corazón (I Samuel 16:7).
Consecuentemente, nosotros no podemos juzgar la realidad de la salvación de
otra persona (I Corintios 4:5). Por esta razón,
la iglesia, que es el cuerpo de Cristo, a veces recibe el nombre de
"iglesia invisible." Ningún hombre puede enumerar sus miembros ni
cuantificarlos. Esto nos
conduce al segundo uso primario de la palabra ekklesia en el Nuevo Testamento. 2. Una Iglesia
Local Idealmente, la
iglesia local consta de todos los verdaderos creyentes en Cristo que residen en
una región que puede ser atendida por un mismo lugar de reunión. La iglesia bíblica
no era un edificio; eran personas que creían en Cristo. Hasta el año
de 325 d. C. existían pocos o ningún edificio para iglesia. Los cristianos se
reunían en hogares (Colosenses 4:15; Hechos 18:7) y hacían trabajo misionero
en sinagogas, tribunales, cárceles o en cualquier lugar donde la gente
estuviera dispuesta a escuchar. No obstante,
las iglesias que en la Biblia se reunían en hogares, no eran iglesias de una
sola familia. Eran centros de reunión de todos los cristianos de una región. Así había
iglesias compuestas por todos los cristianos en Antioquía (Hechos 14:27),
Cesarea (Hechos 18:22), Éfeso (Hechos 20:17), Corinto (I Corintios 1:2), Tesalónica
(I Tesalonicenses 1:1) y las siete iglesias de Apocalipsis, capítulos 2 y 3. En algunos
casos imaginaríamos que la iglesia de determinada ciudad no podría estar
reunida en su totalidad en una misma casa, sino que pudieran haber usado
diversas casas para una misma iglesia "local." ¿Las iglesias
se dividían por diferencias doctrinales en tiempos del Nuevo Testamento? Sí.
En I Juan 2:22 descubrimos que los que negaban la deidad de Cristo eran
anticristo. Algunos judíos que mezclaban legalismo judío con el cristianismo,
fastidiaban a Pablo y corrompían el evangelio (Gálatas 1:8-9). Cuando la
herejía invade toda una congregación, los creyentes bíblicos deben obedecer
II Corintios 6:17: "Salid de en medio de ellos," para reunirse con
otros creyentes en la Biblia. Conclusiones A la luz de
las anteriores observaciones, concluimos: o Que la
intención de Dios es que la iglesia local sea un microcosmos de la iglesia
universal, invisible, que es el cuerpo de Cristo. o Que este
tipo de iglesia local ideal consta de todos los verdaderos creyentes que radican
en determinada región, pero se subdivide para ajustarse a las limitantes de
espacio del lugar de reunión. o Que un
indicador de la realidad de una verdadera fe en Cristo es el amor por los
hermanos. Como ministro
de la verdad bíblica, yo considero que todo creyente debe tener un deseo
profundo y permanente de reunirse con otros cristianos fuera de su grupo
familiar y racial, como lo señala Hebreos 10:25. "Sabemos
que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos" (I Juan
3:14). "Y
considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no
dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos;
y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca" (Hebreos 10:24-25). Copyright March/April 1998 by The Teaching Home, Box 20219, Portland, OR 97294 www.TeachingHome.com Reprinted by permission |