Su Relación con la Iglesia
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Educadores en el Hogar y Su Relación con la Iglesia
por Roger Congdon

Es importante que los educadores en el hogar examinen detenidamente las Escrituras en lo que concierne a su lugar en la iglesia.

Para iniciar nuestra exploración de este tema de tanta importancia, presentamos algunas reflexiones de un consejero pastoral. Quisiéramos motivarles a escudriñar las Escrituras sistemáticamente en oración para ampliar su entendimiento de esta área tan vital.

"Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros" (Romanos 12:4-5).

"Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca" (Hebreos 10:24-25).

¿Qué Es la Iglesia?

La palabra neotestamentaria, ekklesia, utilizada en la literatura secular antigua, generalmente tenía el sentido de una asamblea de personas reunidas en un lugar público para considerar algún asunto del interés común. En algunos casos el significado básico se amplía para incluir cualquier reunión de personas, aun cuando se trate de una muchedumbre amotinada.

En Hechos 19:32-41 se usa la palabra ekklesia en ambos sentidos. Describe la reunión de artesanos y comerciantes cuyo negocio de venta de ídolos se veía amenazada por la predicación del evangelio por Pablo. Posteriormente se unió a ellos una ruidosa y desordenada muchedumbre amotinada que ni siquiera sabía lo que estaba ocurriendo y tuvo que ser despedida por el escribano.

El uso moderno de la palabra iglesia se aparta del significado de ekklesia en el Nuevo Testamento. Con mucha frecuencia usamos el término en la actualidad para referirnos a un edificio o a una denominación (ej. la Iglesia Bautista; la Iglesia Presbiteriana).

El Espíritu Santo le asigna un nuevo significado a la palabra ekklesia/iglesia), que no se ajusta precisamente, ni al uso antiguo ni al moderno. Con la excepción del pasaje de Hechos 19 y otro más en Hechos 7:38 que se refiere a Moisés y los hijos de Israel en el Monte Sinaí, el Espíritu Santo usa la palabra en el Nuevo Testamento en dos sentidos importantes y relacionados.

1. El Cuerpo de Cristo

La palabra ekklesia se usa más de cien veces en el Nuevo Testamento. Unas 25 de estas veces se refiere a todos los verdaderos creyentes en Cristo, todos los que han nacido de nuevo y forman eternamente parte de la familia de Dios. El término "cuerpo de Cristo" viene de Efesios 1:17-23, donde leemos que Dios ha dado a Cristo para que "sea cabeza sobre todas las cosas a la iglesia (ekklesia), que es su cuerpo."

Esta idea se expresa en Colosenses 1:18 como sigue: "Él (Cristo) es la cabeza del cuerpo que es la iglesia."

En otros pasajes Jesús dice que Él edificará su iglesia (Mateo 16:18), y se nos dice que "el Señor añadía cada día a la iglesia a los que habían de ser salvos" (Hechos 2:47).

Una tercera parte de los usos de ekklesia en el Nuevo Testamento se definen como "la iglesia de Dios" (ej. Hechos 20:28). Tomado en el sentido neotestamentario de que esto representa la iglesia que Dios ha formado de verdaderos creyentes en Cristo procedentes de cualquier raza, pueblo, lugar o tiempo, nadie lo confundirá con una docena o más de denominaciones que actualmente usan el título de "Iglesia de Dios."

Esta es la iglesia que será presentada a Cristo como "una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha" (Efesios 5:27).

Es la "iglesia de los primogénitos que están inscritos en los cielos" (Hebreos 12:23).

¿Cualquier persona podrá tener la certeza de que forma parte de esta iglesia? El Espíritu Santo nos dio el libro de I Juan con este propósito: "Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna" (I Juan 5:13).

Sin embargo, también es cierto que sólo Dios ve el corazón (I Samuel 16:7). Consecuentemente, nosotros no podemos juzgar la realidad de la salvación de otra persona (I Corintios 4:5).

Por esta razón, la iglesia, que es el cuerpo de Cristo, a veces recibe el nombre de "iglesia invisible." Ningún hombre puede enumerar sus miembros ni cuantificarlos.

Esto nos conduce al segundo uso primario de la palabra ekklesia en el Nuevo Testamento.

2. Una Iglesia Local

Idealmente, la iglesia local consta de todos los verdaderos creyentes en Cristo que residen en una región que puede ser atendida por un mismo lugar de reunión. La iglesia bíblica no era un edificio; eran personas que creían en Cristo.

Hasta el año de 325 d. C. existían pocos o ningún edificio para iglesia. Los cristianos se reunían en hogares (Colosenses 4:15; Hechos 18:7) y hacían trabajo misionero en sinagogas, tribunales, cárceles o en cualquier lugar donde la gente estuviera dispuesta a escuchar.

No obstante, las iglesias que en la Biblia se reunían en hogares, no eran iglesias de una sola familia. Eran centros de reunión de todos los cristianos de una región.

Así había iglesias compuestas por todos los cristianos en Antioquía (Hechos 14:27), Cesarea (Hechos 18:22), Éfeso (Hechos 20:17), Corinto (I Corintios 1:2), Tesalónica (I Tesalonicenses 1:1) y las siete iglesias de Apocalipsis, capítulos 2 y 3.

En algunos casos imaginaríamos que la iglesia de determinada ciudad no podría estar reunida en su totalidad en una misma casa, sino que pudieran haber usado diversas casas para una misma iglesia "local."

¿Las iglesias se dividían por diferencias doctrinales en tiempos del Nuevo Testamento? Sí. En I Juan 2:22 descubrimos que los que negaban la deidad de Cristo eran anticristo. Algunos judíos que mezclaban legalismo judío con el cristianismo, fastidiaban a Pablo y corrompían el evangelio (Gálatas 1:8-9).

Cuando la herejía invade toda una congregación, los creyentes bíblicos deben obedecer II Corintios 6:17: "Salid de en medio de ellos," para reunirse con otros creyentes en la Biblia.

Conclusiones

A la luz de las anteriores observaciones, concluimos:

o Que la intención de Dios es que la iglesia local sea un microcosmos de la iglesia universal, invisible, que es el cuerpo de Cristo.

o Que este tipo de iglesia local ideal consta de todos los verdaderos creyentes que radican en determinada región, pero se subdivide para ajustarse a las limitantes de espacio del lugar de reunión.

o Que un indicador de la realidad de una verdadera fe en Cristo es el amor por los hermanos.

Como ministro de la verdad bíblica, yo considero que todo creyente debe tener un deseo profundo y permanente de reunirse con otros cristianos fuera de su grupo familiar y racial, como lo señala Hebreos 10:25.

"Sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos" (I Juan 3:14).

"Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca" (Hebreos 10:24-25).

Copyright March/April 1998

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