Preguntas y Respuestas
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Preguntas y
Respuestas sobre la Educación en el Hogar
Pregunta ¿Es legal la
educación en el hogar en todos los estados de los Estados Unidos? Respuesta Cada estado
fija sus propias leyes que regulan la educación en el hogar. El cumplir con lo
requerido por estas leyes puede ser tan sencillo como informar a la zona escolar
de tu intención de educar en el hogar y someter a tus hijos a un examen, o tan
complejo como cumplir con los requisitos para establecer una escuela particular.
Constantemente
se está proponiendo y evaluando legislación en muchos estados. Es importante
que colabores con tus organizaciones locales y estatales de educación cristiana
en el hogar para promover la aprobación de leyes favorables. Los derechos
constitucionales de libertad y privacidad amparados por la Enmienda Decimocuarta
y la libertad de religión amparada por la Primera Enmienda garantizan el
derecho de los padres de educar a sus hijos de acuerdo con sus convicciones. Sin
embargo, los tribunales inferiores han interpretado de manera inconsistente la
aplicación de estos derechos a la educación en el hogar. Procura
cumplir con la ley en la medida en que tu conciencia lo permita, y luego busca
alternativas aceptables sólo cuando sea necesario. Es importante
que obtengas un ejemplar de la ley de tu estado en relación con la educación
en el hogar. Pueden evitarse muchos problemas estando bien informado y usando
tacto y respeto al tratar con las autoridades educativas. Para recibir
auxilio y defensa legal, comunícate con Home School Legal Defense Association,
Box 159, Paeonian Springs, VA, 22129, (703) 338-5600. Para calificar para
membresía, solicítala antes de ser contactado por cualquier autoridad con
respecto a leyes de asistencia escolar. HSLDA proporciona un resumen gratuito de
las leyes de tu estado relativas a la educación en el hogar. HSLDA informa
a sus miembros de sus derechos, interactúa con autoridades escolares y
trabajadores sociales, y los representa en casos de litigio. Michael P.
Farris, fundador y Presidente de HSLDA, dice en su libro, La Educación en el
Hogar y la Ley, "Una de mis metas en la vida es darle a todo padre que
desea educar en el hogar, la confianza necesaria para empezar y continuar la
educación en el hogar." Pregunta ¿Es legal la
educación en el hogar en México? Respuesta Esencialmente
existen dos causas de inquietud cuando se habla de la ley y la educación en el
hogar. Una es: ¿Quién otorgará reconocimiento por los estudios realizados en
el hogar? Esta inquietud a veces se expresa con la pregunta: ¿Cómo podrá mi
hijo obtener un título profesional? La Escritura
nos dice que apliquemos diligencia en la búsqueda de la aprobación de Dios, y
no la del mundo. Cada vez más autoridades en la materia están señalando que
las universidades no están preparando a los alumnos para la vida. Hemos de
entender que uno no va a la universidad para obtener educación, sino para
convertirse en discípulo de aquellos que allí enseñan. Este es un hecho que
la mayoría de los padres pasan por alto totalmente, porque no investigan la
vida de todos aquellos que instruirán a sus hijos e hijas, ni conocen las
filosofías y las presiones de grupo a las cuales estarán sujetos. Existen
programas del Instituto Nacional de Educación para el Adulto (INEA), que
permiten obtener certificación de conocimientos correspondientes a los
programas de Educación Primaria y Secundaria sin exponer a los hijos a la
influencia y los riesgos implícitos en la asistencia a instituciones educativas
fuera del hogar. Para fines legales estas certificaciones tienen el mismo valor
que las obtenidas mediante los programas de instrucción escolar que exponen a
nuestros hijos a ser discipulados durante nueve años o más por sus maestros y
compañeros. La segunda
inquietud importante de muchos padres es: ¿Me podré exponer a alguna sanción
por no enviar a mis hijos a una escuela incorporada a la Secretaría de Educación
Pública? Para contestar esta inquietud hemos estudiado lo que al respecto
contiene la Constitución de México y la Ley de Educación. Hemos entrevistado
a educadores y autoridades de la Secretaría de Educación, la Comisión de
Derechos Humanos, legisladores, Agencias del Ministerio Público, funcionarios
del Juzgado de lo Familiar y la Procuraduría de la Familia (DIF). La conclusión
que arroja esta investigación es la siguiente: No existe ninguna ley que
establezca que la educación Primaria y Secundaria (que sí es obligatoria)
tenga que ser impartida por una institución oficial. Tampoco establece la ley
la edad a la que debe ser impartida esta enseñanza. Únicamente dice "a
los menores de edad." Pero obviamente no es requisito que asistan a la
escuela desde su nacimiento. Las escuelas primarias no los reciben hasta los
seis o siete años de edad. Y siguen siendo menores hasta los 18 años de edad,
de modo que el requisito puede cumplirse mediante la certificación de
conocimientos a partir de los diez o los quince años de edad, según las normas
del INEA vigentes en cada estado. Cabe señalar
que alguna persona en casi cualquier puesto de autoridad pudiera amenazar o
intimidar a la familia que no esté enviando a sus hijos a la escuela. Sin
embargo, la única forma de proceder legalmente contra tal familia es por medio
del Ministerio Público. El caso tendría que ser juzgado por el Juez de lo
Familiar. Ninguna otra autoridad tiene facultad legal para actuar o aplicar
sanciones en contra de los padres ni de los hijos. No existe ningún
precedente en la historia del derecho en México de padres que hayan sido
demandados por negligencia por no enviar a sus hijos a la escuela (y miles de
padres no lo hacen). Sería muy
recomendable llevar registros de la instrucción académica impartida a los
hijos en el hogar, porque tarde o temprano pudiera ser presentado algún caso
ante las autoridades, y ayudaría mucho tener documentación (aun cuando no sea
oficial, sino elaborada por la familia) de la enseñanza que han recibido. Incluso, sería
conveniente establecer alguna organización parecida a la que opera en los
Estados Unidos (HSLDA) para la defensa legal de educadores en el hogar. Conforme
crezca el movimiento, el enemigo pudiera intentar interferir con la libertad
para instruir a nuestros hijos en los caminos de Dios. |