Capítulo Nueve
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Capítulo Nueve:
Criando Hijas para el Futuro de Nuestra Nación
Criando Hijas
para el Futuro de Nuestra Nación Zan Tyler mide
como 1.58 m, una fragilidad de mujer. Cuando empezó a recorrer los pasillos de
la legislatura del estado de Carolina del Sur en defensa de los educadores en el
hogar, los hombres que dominaban la cámara tenían en baja estima su capacidad.
Pero mediante la persistencia, y por demostrar su habilidad de producir un apoyo
organizado entre los electores del sector popular, Zan se ha convertido en un
elemento influyente reconocido en la política de Carolina del Sur. Los hombres
que consideraban con perpleja indiferencia su activismo popular, casero, ahora
la admiran o por lo menos le conceden un respeto a regañadientes. Mi vida
profesional se desenvuelve en el mundo de la política. Y puedo decirte de
primera mano la importancia de tener mujeres motivadas de tu lado en cualquier
lucha política. Mis ejemplos
en este capítulo parecerán mucho más complejos que los que experimentan la
mayoría de los padres. No obstante, los hombres cuyo trabajo los mantiene
enfocados en otras áreas pueden criar hijas que conocen los derechos y las
responsabilidades de la buena ciudadanía. Primeramente,
permíteme darte mi perspectiva sobre la importancia de la mujer en la conducción
de nuestras comunidades, nuestros estados, y nuestra nación. Yo tenía
veintiséis años de edad, y escasamente dos de haberme graduado de la escuela
de derecho, cuando tres mujeres me pidieron que me involucrara en uno de los
casos más importantes que he tomado en mi vida. Querían que impugnara la
inconstitucionalidad de la ley aprobada por el Congreso que les daba a la
Organización Nacional de la Mujer y a otras un plazo adicional de tres años
para conseguir que los estados ratificaran la Enmienda de Igualdad de Derechos. Una de estas
tres mujeres había sido mi maestra de escuela dominical de cuarto grado de
primaria. Todas tenían aproximadamente la edad de mi madre. Para cuando
terminaron, habían convencido a tres legisladores estatales de presentar esta
impugnación, además de haberme convencido a mí de manejar el caso como
abogado. Al terminarse el caso, nosotros—junto con otro equipo—fuimos los
vencedores. En otra ocasión
me vi involucrado en una disputa con respecto a películas sexualmente gráficas
que se estaban exhibiendo en escuelas preparatorias públicas. Una senadora
estatal me pidió que investigara qué escuelas estaban usando las películas,
así que intenté hacerlo. Acabé inmiscuido en un enfrentamiento legal con la
biblioteca estatal por causa de estos documentos públicos. Como resultado
de este caso, se me pidió que hablara ante la convención nacional de la
Asociación Americana de Bibliotecas—una convención de más de 4,000 personas
en San Francisco. Querían que asistiera a la convención para que pudieran
exhibirme ante el público como un auténtico censor. Era obvio que querían que
yo hiciera el ridículo al venir a lanzar invectivas en términos acalorados
contra la perversidad de las escuelas públicas. Inicialmente,
yo tenía toda la intención de cumplir con sus expectativas. Pero fui
enfrentado a una perspectiva totalmente distinta cuando le mostré el borrador
del discurso a mi esposa, Vickie. Con sólo unas cuantas palabras, me expresó
claramente que le parecía que el discurso era innecesariamente severo y que se
me haría ver como un tonto. Redacté
totalmente el discurso de nuevo, tomando un tono mucho más conciliatorio,
aunque sin retroceder ni un centímetro en el mensaje central. Vickie dio su
aprobación. Después de
dar el discurso, se me acercaron una veintena de bibliotecarios en alegre
tropel. Me dijeron, aunque no con estas palabras, “Nosotros somos cristianos y
teníamos tanto temor de lo que usted iba a decir hoy. Pensábamos que nos haría
a todos vernos como tontos. Pero su discurso fue excelente. Usted expresó
nuestra postura de la mejor manera posible. Muchísimas gracias.” La Asociación
Americana de Bibliotecas quedó tan impresionada con el discurso que lo
publicaron en su revista. Una revista de la Asociación Americana de Abogados
también lo publicó. Y recibí numerosas invitaciones a dar conferencias como
resultado de mi discurso modificado. Quiero ser
claro: Fue mi esposa quien tuvo la sabiduría para conseguir que yo equilibrara
mi pasión por los temas con la compasión por las personas. Durante más
de seis años, trabajé como Asesor Jurídico General para Concerned Women for
America—la organización política más grande de los Estados Unidos para
mujeres. Beverly LaHaye es la fundadora y presidenta de esta excelente
organización pro-familia. Consecuentemente, tuve la oportunidad de observar a
Beverly y a muchas de las lideresas estatales y regionales de la CWA hacer muchísimas
cosas importantes en el ámbito político. Y cuando me
postulé para gobernador interino del estado de Virginia, tuve a muchas mujeres
en mi campaña en posiciones clave de liderazgo y como asesoras. El resultado
global de mi experiencia en la política me dice que la mujer cristiana es
absolutamente vital para los esfuerzos por llevar a una nación nuevamente a sus
orígenes y raíces morales y herencia judeo-cristiana. He visto a las mujeres
funcionar como lideresas, consejeras y personal de apoyo. Sin las mujeres
cristianas, nuestro trabajo por traer principios espirituales cristianos al
gobierno local, estatal y nacional no tendrá ningún éxito. Maggie
Smeltzer También he
visto el enorme impacto que las muchachas—especialmente las muchachas
adolescentes—pueden tener en el proceso político. Quizás el mejor ejemplo
sea el de Maggie Smeltzer. Maggie asistió
a una escuela pública los dos primeros años de su educación. No le estaba
yendo muy bien. De hecho, la zona escolar la consideraba “casi discapacitada
para el aprendizaje.” Sus padres decidieron entonces educarla en el hogar,
para ver si obtenían mejores resultados. Bajo la
legislación anterior en el estado de Pennsylvania, la zona escolar tenía la
facultad de autorizar o denegar la solicitud de los Smeltzer de educar a Maggie
en casa. Con cierta renuencia, la zona escolar autorizó la solicitud en dos años
consecutivos. Después de
dos años de educación en el hogar, los resultados de Maggie en los exámenes
eran tan altos que ahora era calificada de “dotada y talentosa.” Cuando sus
padres solicitaron permiso para el tercer año de educación en el hogar, ¡la
zona escolar denegó el permiso alegando que estos padres no estaban calificados
para enseñar a una niña dotada y talentosa! La zona
escolar presentó cargos penales inmediatos contra la familia, pero pude lograr
que los cargos fueran desestimados presentando la amenaza de un litigio federal. Un par de años
después, la legislatura de Pennsylvania deliberaba sobre una iniciativa de ley
para liberalizar la ley de educación en el hogar. Maggie, ahora de unos trece años,
fue citada para presentar su testimonio ante una comisión mixta legislativa. Se
le hicieron varias preguntas, y los miembros de la comisión escucharon con
profunda atención, embelesados, mientras esta niña de trece años daba
excelentes respuestas. Por último, se le preguntó, “Maggie, ¿a qué quieres
dedicarte cuando seas grande?” Ella respondió, “Quiero ser litigante
constitucional.” Con esa
respuesta, se acabó el debate. Maggie claramente había derrotado la oposición
presentada por el establecimiento educativo contra esta iniciativa de ley. Y
Pennsylvania es el único estado que jamás haya aprobado una ley de educación
en el hogar con un voto afirmativo unánime en ambas cámaras. Poder Juvenil Recientemente,
mis tres hijas mayores y media docena de amigas organizaron la “brigada de
letreros” para una candidata conservadora que se postulaba para el puesto de
coordinadora de nuestro Consejo de Supervisores del Condado. Cuando entré al
auditorio, parecía que se trataba de un mitin político a favor de nuestra
candidata más que un concurso electoral entre dos personas. La “guerra de los
letreros” claramente había sido ganada por este grupo de adolescentes. Christy me
dijo más tarde, “Siempre puedo predecir quién va a ganar las elecciones
observando a su ‘equipo de letreros.’ Los perdedores siempre tienen unas
cuantas mujeres mayores de edad en trajes sastres tratando de pegar unos cuantos
letreros. Los ganadores tienen un montón de adolescentes vestidos de mezclilla
y tenis que llegan y toman el lugar por asalto en masa.” A propósito,
la candidata de Christy ganó esa convención política por un margen escaso, y
de ahí prosiguió al triunfo en una elección general muy reñida. Nuestras
hijas y sus amigas ayudaron en el proceso de “impulsar” a una buena
candidata hasta la cumbre. Nuestras tres
hijas menores también me han acompañado a un buen número de eventos políticos.
Aprendieron a repartir etiquetas de “Yo Con Mike”. A los electores les
resultaba difícil negarse ante una muchachita rubia que les pedía que se
pusieran la etiqueta política. He
interactuado con muchas docenas de muchachas de diez a dieciocho años de edad
que han jugado un papel en una gran variedad de actividades políticas. Hay
varias observaciones que he hecho con respecto a estas muchachas
“activistas”: Primero, se
divierten muchísimo. Los eventos políticos incluyen grandes multitudes, emoción,
y mucho trabajo con propósito. Las muchachas que se exponen a esta clase de
actividad reciben la oportunidad de aprender que las actividades positivas,
apropiadas, pueden ser muy agradables. Segundo, las
muchachas que se involucran personalmente en la actividad política cuando son jóvenes,
normalmente desarrollan una visión para la participación que les dura toda la
vida. Tienen una probabilidad mucho mayor de entender la importancia de la política
y la ciudadanía que alguien que se limita a leer acerca de estos temas en
libros y revistas. Cuando tenga cuarenta años de edad y se presente la
necesidad de que una mamá se postule para el consejo escolar, una mujer que de
joven fue activista estará mucho más propensa a disponerse y aceptar el reto.
Las elecciones no serán ningún misterio para ella. Ya las conoce y ha
participado en ellas. Tercero, las
muchachas que han tenido contacto con la participación cívica generalmente son
mucho mejores alumnas en clases de historia y civismo que sus contrapartes no
involucradas. Un alumno que tiene algo de experiencia también desarrolla un
contexto en el cual ubicar la información adquirida de un libro. Como con
cualquier materia, un alumno con experiencia más información siempre saldrá
mejor que un alumno que tiene sólo información. Cuarto, he
observado que las muchachas que han conocido de primera mano el toma y daca de
la política de la vida real tienen mucho mayor capacidad para formular y
expresar sus puntos de vista que aquellas que no se han involucrado. Mis hijas
han tenido repetidas oportunidades de verme a mí y a otros declarar oralmente y
por escrito nuestras posturas. Y han visto los contraataques de la oposición.
Al tener estas experiencias aprenden qué clase de argumentos son convincentes,
y qué clase de argumentos no son tan convincentes. Muchas mujeres
que han ingresado a la política en sus años maduros me han dicho, “¡Cómo
quisiera haber puesto atención a mis clases de historia y civismo! No me
resultaba interesante en aquel entonces, pero ahora me interesa muchísimo.”
El activismo es una de las mejores maneras de lograr que estas materias cobren
vida para tu hija. Si quieres que
tu hija realice al máximo su potencial como ciudadana de este país, hay dos
categorías de conocimientos que son importantes de considerar. Hay ciertas
“cosas que tu hija debe saber”—conocimiento académico. Y hay otras que
debe “saber hacer”—conocimiento práctico. Cinco Cosas
que tu Hija Debe Saber
para Ser una Ciudadana
Eficaz 1. Tu hija
debe saber que el ciudadano común pero activo es el garante de la libertad. Sólo quienes
participan pueden tener algún efecto significativo en la lucha por la libertad
en este país. Tomás Jefferson dijo, “Basta con que el pueblo deje de atender
a los asuntos públicos para que usted y yo y el Congreso y las Asambleas,
Jueces y Gobernadores, nos convirtamos todos en lobos.” Es importante
que ni tú ni tu hija crean que es necesario estar envueltos en la política al
grado sugerido por mi propia vida. El derecho y la política son tanto mi
ocupación como mi vocación. Yo tengo una posición singular de privilegio que
me permite ver el enorme valor ofrecido en nuestro sistema por las mamás y los
papás, hombres y mujeres, niños y niñas que dedican unas cuantas horas al mes
para hacer de nuestro país un mejor lugar. Frank C. Ross lo ha expresado bien,
“El mundo se mueve no sólo por los poderosos empujones de los héroes, sino
también por el cúmulo de pequeños empujoncitos de cada trabajador honesto.” 2. Tu hija
debe tener un aprecio por la historia de nuestra nación El
conocimiento de la historia americana no es lo mismo que un aprecio por la
historia de nuestra nación. La mayoría de los libros de texto escolares
actuales re-presentan a los fundadores de la patria como hipócritas ricos,
blancos y religiosos, que no eran de confiar. Los defectos del país se acentúan.
Los héroes de la patria son estigmatizados. El cristianismo o se pasa por alto
o se equipara con algo semejante al Ku Klux Klan. Yo instaría a
todo padre cristiano a leer The Light and the Glory (La Luz y la Gloria) de
Peter Marshall y David Manuel en voz alta a sus hijos. Este libro relata las
historias de los inicios de nuestro país que son muy distintos al material que
verán en la mayoría de los libros de texto. Primeramente, este libro demuestra
meticulosamente cómo la mano de Dios ha sido evidente a través de los eventos
que condujeron a la fundación de nuestro país. Estos relatos son tan
emocionantes como muchas novelas de aventuras. Segundo, este libro mostrará cómo
los fundadores de esta nación fueron motivados por buenos corazones. Cometieron
errores, sin duda. ¿Quién no los comete? Pero los héroes son hombres y
mujeres que se sobreponen a sus errores para lograr grandes cosas. También vale
la pena obtener y ver los videos de David Barton sobre el patrimonio cristiano
de los Estados Unidos. Tus hijos se asombrarán al aprender en cuán alto grado
el cristianismo influyó en los Estados Unidos en forma positiva. Esta clase de
información no sólo inoculará a tus hijos contra la subversión contenida en
la mayoría de los textos de historia, sino que además los convertirá en
guerreros a favor de la causa correcta. 3. Tu hija
debe entender el fundamento bíblico para la participación cívica y política. La mayoría de
los cristianos que son de mi generación recibieron la enseñanza de que los
cristianos no debemos involucrarnos en el sucio quehacer de la política. Y no
nos engañemos: la política es sin duda alguna un quehacer sucio. Pero,
nosotros tenemos responsabilidades como ciudadanos cristianos de encargarnos de
que como sal de la tierra hagamos todo lo que esté a nuestro alcance por
desinfectar este sucio quehacer. Considera
estos cuatro versículos como un fundamento sencillo para enseñar a tu hija que
la participación cívica y política es uno de los deberes importantes (pero
secundarios) de los cristianos. Salmo 125:3:
“Porque no reposará la vara de la impiedad sobre la heredad de los justos; no
sea que extiendan sus manos a la iniquidad.” Este versículo
nos enseña las consecuencias de permitir que gente malvada nos gobierne. Se nos
dice que uno de los resultados de tener tales líderes es que el pueblo de Dios
empieza a caer y a usar sus manos para hacer el mal. Yo estoy convencido de que
una de las razones por las que hemos visto caer en el pecado y desgracia a
tantos pastores y otros cristianos famosos (y no tan famosos) es porque el
juicio pronosticado en este versículo ha caído sobre la casa de Dios.
Necesitamos buenos gobernantes si queremos asegurar que no nos desviemos y
caigamos en el pecado activo. Efesios 5:11:
“Y no participéis de las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien
reprendedlas.” Hay una
calcomanía popular de los liberales que dice, “Si estás en contra del
aborto—no tengas un aborto.” Buen consejo, en sí. Pero esta calcomanía
sugiere que los que somos pro-vida no debemos denunciar a los que tienen
abortos. Esta insinuación va directamente en contra de la enseñanza de este
versículo: Pablo nos dice que el evitar la participación personal en el pecado
es sólo el primer paso en nuestra responsabilidad como cristianos. Hay otro
paso importante también. Hemos de “reprender” el pecado. Yo no creo que
este versículo signifique que debamos andar descubriendo todos y cada uno de
los pecados que cometen otras personas, y traerlos a la atención pública. Creo
que significa que hemos de asegurarnos de que el mundo sepa los límites del
bien y del mal. Hemos de reforzar la conciencia colectiva que Dios ha dado a
cada miembro de la familia humana. Es nuestra tarea ayudar a la gente a saber
que el aborto es quitarle indebidamente la vida a un niño inocente. Permítaseme
ilustrar la gran importancia de esta responsabilidad de instrucción mediante un
ejemplo personal. Cuando yo tenía diecinueve años, el estado de Washington
presentó una iniciativa a nivel electoral para que los ciudadanos del estado
decidieran legalizar o no el aborto—dos años antes de Roe v. Wade. A pesar de
que yo me crié en una iglesia bautista muy fuerte, no recibí absolutamente
ninguna instrucción de parte de la iglesia sobre este tema. Había escuchado a
mis padres decirse sólo dos oraciones sobre el tema—literalmente dos
oraciones. Mi padre dijo que él consideraba que estaba bien, pero mi mamá no.
Pero ninguno de los dos podía explicar su razonamiento. Yo voté a
favor de legalizar el aborto, ya como cristiano nacido de nuevo, en 1971. Para
vergüenza mía lo digo. (A propósito, actualmente mis padres, la iglesia de mi
juventud, y yo somos todos vigorosamente pro-vida.) Cuando no
cumplimos con enseñar al mundo las reglas del bien y del mal, la confusión
moral es lo que viene como resultado. Yo estaba confundido en 1971 porque no se
me había enseñada cuáles eran los límites. Por consiguiente, voté en forma
equivocada en un asunto muy importante. Daniel 4:27:
(Daniel habla al Rey Nabucodonosor) “Por tanto, oh rey, acepta mi consejo: tus
pecados redime con justicia, y tus iniquidades haciendo misericordias para con
los oprimidos, pues tal vez será eso una prolongación de tu tranquilidad.” Los
conservadores sociales escucharon muchas veces durante los regímenes de Reagan
y de Bush, “Trataremos los asuntos sociales después de arreglar los asuntos
económicos.” El libro de Daniel nos enseña que este razonamiento está
volteado al revés. Si queremos ver que la prosperidad continúe, debemos tratar
primeramente con nuestra maldad nacional. También debemos asegurarnos de que se
muestre bondad a los oprimidos. La prosperidad vendrá entonces más o menos por
sí sola. Proverbios
3:6: “Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas.” Quienes
argumentan que los cristianos no deben aplicar principios bíblicos a sus vidas
como ciudadanos difícilmente pueden descartar este versículo. Todos significa
todos. Si hemos de reconocer a Dios en todos nuestros caminos, significa que
como ciudadanos hemos de desempeñar ese papel de una manera que toma en cuenta
a Dios. Reconocer a Dios significa que él es el que manda. Si él no manda en
ese aspecto de nuestras vidas, entonces estamos diciendo que Dios es un Gran
Dador de Consejos—pero ese papel dista mucho de ser lo que es Dios. Dios por
su misma naturaleza nos tiene bajo su control. Tenemos que ser la clase de
ciudadanos que él quiere o dejamos de reconocerlo como Dios en todos nuestros
caminos. 4. Tu hija
debe entender el funcionamiento práctico del
gobierno. Las lecciones
mecánicas, provenientes de libros, en cuanto al proceso gubernamental
probablemente sean terriblemente aburridas—por lo menos al principio. Yo te
alentaría a llevar a tu hija a ver a tu cabildo, consejo escolar, o gobierno de
condado en acción. Un viaje al palacio de gobierno de tu estado cuando esté
sesionando la legislatura estatal es un esfuerzo que vale la pena hacer. Podrías
también ver al Congreso en acción en C-Span. Si vas al
palacio de gobierno estatal, yo sugeriría que hicieras tres cosas, si acaso
fuera posible: asistir a una audiencia de una comisión; observar en acción
tanto a la Cámara de Diputados como al Senado en sesión; y concertar un
encuentro personal con tu correspondiente diputado. Generalmente tu diputado
estará dispuesto a conceder algunos cinco minutos de entrevista a un ciudadano
de su distrito electoral. Sería óptimo si seleccionaras un tiempo en que se
estuviera tratando una iniciativa de ley que te interesa o te preocupa, de
manera que pudieras comentarla con tu representante electo. Después de
haber tenido unos minutos para expresar tus áreas de interés y escuchar la
respuesta de tu diputado, podrías pedirle a tu funcionario electo que explique
brevemente el proceso legislativo a tu hija. Tal explicación será más
sucinta, más real, y más memorable para tu hija que todo un mundo de
“lecciones de libros.” 5. Tu hija
debe entender los temas básicos de la actualidad. Para alcanzar
este nivel de comprensión, tu hija debe entender los asuntos contemporáneos y
más. Tu hija necesita conocer los acontecimientos de la sociedad que la rodea,
además de tener una perspectiva sobre lo que es bueno y lo que es malo. Esta
perspectiva la proporcionarás en gran medida tú. Afortunadamente esto es mucho
más sencillo de lo que quizás parezca. Tú y tu hija
sabrán más de asuntos contemporáneos que el mundo que les rodea si hacen tres
cosas muy sencillas: • Lean más
noticias que las que ven. Habiendo sido el objeto de muchas artículos
noticiosos, puedo decirte que los medios impresos son con mucho el lugar más
apropiado para obtener información certera en cuanto a noticias. Las noticias
comúnmente televisadas a nivel nacional se basan en la cápsula sonora de
veinte segundos. Son superficiales y tienden a ser las más sesgadas. Es un buen
hábito conseguir que tu hija lea algo de las noticias en el periódico todos
los días. • Lean y
comenten un artículo noticioso a la hora de la cena. Si lees un artículo
noticioso interesante y conduces una breve discusión familiar al respecto cada
noche, el efecto cumulativo de esta costumbre será criar hijos que estarán en
el grupo de los más cívicamente conocedores de todo el país. Y garantizará
que tus hijos entiendan tu perspectiva de las noticias. • Lean una
publicación cristiana de “noticias sólidas.” La mayoría de las revistas
cristianas no son revistas noticiosas sino que tienen alguna otra orientación.
La revista World es un semanario verdaderamente noticioso escrito desde una
perspectiva cristiana sólida. Mis hijas mayores la leen regularmente, al igual
que yo. La revista Citizen (publicada por Enfoque a la Familia) también es
excelente. Además la
radio cristiana tiene dos excelentes fuentes de noticias: “USA Radio,”
afiliada a Marlin Maddoux, y “Family News in Focus,” ambas fuentes altamente
profesionales de noticias y de perspectiva cristiana. Cuatro Cosas
que Tu Hija Debe “Saber Hacer” Para Ser Ciudadana Eficaz 1. Tu hija
debe saber evaluar a los candidatos
a cargos públicos. Existen tres
criterios básicos para evaluar a los candidatos: carácter, temas, y
calificaciones. Si tú mismo aplicas estos criterios y los comentas con tu hija,
ella aprenderá mucho al observarte a ti. La mejor lista
de calificaciones de carácter que yo conozco para evaluar a los candidatos políticos
es la lista de normas para ancianos que se encuentra en I Timoteo 3:2. Pregúntate
si el candidato es: irreprensible marido de una
sola mujer (es decir, un esposo fiel) sobrio prudente decoroso hospitalario
(señal de actitud de siervo) apto para enseñar no dado al
vino amable,
apacible no pendenciero no amante del
dinero buen
administrador de su familia (hijos obedientes) no envanecido de buena
reputación. Estoy
consciente de que esta lista descalificaría a la vasta mayoría de los miembros
del Congreso. ¿Te sorprende que nuestra nación esté en caos? Elegimos a
personas cuyas vidas están en desorden y nos mostramos sorprendidos cuando
hacen lo mismo con nuestra nación. Nosotros
estamos involucrados en un grupo que se llama “El Proyecto Madison.” No sólo
lleva el nombre de James Madison, el principal arquitecto de la Constitución,
sino que las siglas M-A-D-I-S-O-N en inglés son las iniciales de la frase
“Provoca un Cambio para Salvar a Nuestra Nación.” Su propósito es ayudar a
elegir personas a quienes no haya necesidad de presionar posteriormente para
conseguir cambios. El objetivo a largo plazo del Proyecto Madison es elegir
candidatos de economía conservadora, que apoyen a la familia y digan no al
aborto, y que tengan valores bien cimentados. El objetivo de Madison es
encontrar 1,000 miembros en cada distrito electoral que aporten US$10 a cinco
candidatos diferentes al Congreso. Esto recabaría más de US$20 millones en
cada elección para la clase de candidatos que queremos y sería la organización
recaudadora de fondos políticos más grande del país. Nos atrasamos en votos
en Washington porque no apoyamos oportunamente a los candidatos del tipo
correcto. No conozco
ninguna fuente publicada en cuanto a información de carácter de los
candidatos. Si quieres saber si una candidato reúne estas calificaciones bíblicas
de carácter, pregúntale a alguien que lo conoce. Para cargos locales,
generalmente puedes encontrar una fuente de información apropiada. Si no, observa
la manera en que conducen su campaña. Si un candidato no hace más que atacar a
su contrincante, tienes una buena indicación de que el candidato falla la
prueba de “no pendenciero.” Permíteme
advertirte de algo. Casi todos los candidatos dicen que están muy en contra de
las campañas de ataque. Y creo que la mayoría es sincera al decirlo. Pero la
realidad es que una y otra vez los candidatos sienten que tienen que usar los
ataques porque la estrategia ha resultado efectiva vez tras vez. ¿Por qué?
Porque los electores castigan más a la persona que es atacada que al atacante.
La única manera de cambiar esta tendencia es que el elector diga
deliberadamente, “No votaré por una persona que publica un ataque contra su
contrincante.” (Una publicidad que meramente afirma que una persona votó de
cierta manera no es una publicidad de ataque.) Habla con tu
hija sobre la publicidad de ataque y ayúdale a entender los asuntos de carácter
que están involucrados. Generalmente
puedes investigar si un candidato se ha divorciado. Yo creo que es una
generalización válida decir que un candidato que se ha divorciado después de
entrar a un cargo público te ha dado fuerte evidencia de que ama más la política
que a su propia familia. Yo calificaría la infidelidad abierta de un
funcionario en su puesto con la misma severidad, si no es que más. Después del
carácter, habrá que descubrir cuál es la postura del candidato en cuanto a
los temas. Generalmente puedes encontrar una guía del elector para puestos
legislativos estatales, cargos de nivel estatal (gobernador, gobernador
interino, procurador general de justicia, etc.), Congreso, Senado, y presidente
a través de grupos como Concerned Women for America, los diversos grupos
familiares relacionados con Enfoque a la Familia, o la Coalición Cristiana. Estas guías
del elector son muy útiles para evaluar a los candidatos en cuanto a los temas. Si no
encuentras respuestas a tus preguntas, investiga dónde llevará a cabo el
candidato una reunión pública (llama a su oficina y pregunta) y lleva a tu
hija contigo. Preparen juntos una lista de preguntas antes de ir (tres o cuatro
preguntas clave), y luego asistan y hagan sus preguntas. Si esto no fuera
posible, llama a la oficina del candidato (o a su casa, tratándose de puestos
muy localizados) y pide que te envíen información sobre las posturas del
candidato en cuanto a los temas que solicitas. Si no consigues una
respuesta–probablemente habrían contestado negativamente tus preguntas (o
bien, son demasiado desorganizados, lo que significa que probablemente manejarían
una oficina de gobierno de una manera desorganizada). Todo esto
puede parecer representar mucho tiempo. Pero hay dos razones por las que vale la
pena cada minuto que inviertas. Primero, si te está acompañando tu hija, la
experiencia de aprendizaje no se compara con ninguna otra. Segundo, dile a tu
hija que la razón por la que estás invirtiendo tiempo en investigar a los
candidatos es que estas personas quieren llevarse una gran cantidad de tu dinero
(en impuestos) mientras están en su cargo, y tú quieres asegurarte de que lo
vayan a gastar de una manera que tú apruebas. (Y quizás incluso de que quieran
menos de tu dinero que el otro candidato.) 2. Tu hija
debe saber cómo apoyar a un buen
candidato. Después de
haber investigado a un candidato y de haber descubierto que es bueno tanto en términos
de carácter como de los temas, hay tres cosas que debes hacer y enseñar a tu
hija a hacer. Haz una
aportación económica al candidato. Aunque sólo sean US$10, cada dólar ayuda
y demuestra a tu hija el hecho muy práctico de que los candidatos necesitan
dinero. Anima a tu hija a cuidar niños o hacer algún otro trabajo y a
contribuir una parte de su propio ingreso (US$5 ó US$10) al candidato. Si ella
misma se lo puede entregar, tanto mejor. Puedo decirte por experiencia personal
que es una experiencia tanto profunda como humillante el que un niño te
entregue una contribución a tu campaña. Tú (candidato) te sientes muy
responsable de asegurar que el dinero del niño se use sabiamente. Sabes que el
niño trabajó con esfuerzo y que cualquier cantidad es un gran sacrificio para
un niño. Y te aseguro que un niño que ha dado US$5 a un candidato pondrá
cuidadosa atención a los resultados de las elecciones y tomará muy a pecho
tanto una victoria como una derrota. Ayuda al
candidato a hacer llegar su mensaje a otras personas. Una manera de hacer esto
es organizar una reunión en tu casa. Puedes conseguir que un candidato a casi
cualquier puesto venga a tu hogar si le garantizas una asistencia de cuarenta o
cincuenta personas. (Es fabuloso tener niños presentes además de los adultos,
pero por consideración para el candidato, dile el número de adultos que se
espera.) Un candidato a la legislatura estatal vendrá a cualquier altura del
ciclo electoral para ver esta cantidad de personas. Hasta las dos o tres últimas
semanas de una campaña electoral, un candidato a gobernador o al Congreso
probablemente visitaría tu casa para un grupo de cincuenta. Si puedes juntar
cien personas, puedes conseguir al candidato casi hasta el mismo final de la
campaña. Si llevas a
cabo un evento de este tipo en tu casa, tu hija, por supuesto, debe ser parte
integral del evento. Ella debe ayudar a decorar (se pueden obtener anuncios en
la oficina de la campaña). Puede ayudar a preparar los obligados platos del
refrigerio. Puede ayudar a repartir literatura y calcomanías al llegar la
gente. Si quieres
participar de alguna forma distinta a una reunión en tu casa, puedes ayudar al
candidato a llenar sobres, hacer llamadas, o distribuir literatura casa por casa
o en eventos especiales. Cuando yo me
postulé para un cargo, tuvimos dos sábados en los que nos propusimos (y en
esencia lo logramos) repartir un millón de piezas de literatura en un solo día.
Puedo asegurarte que hubo miles de muchachos y muchachas que ayudaron a sus
padres en este proceso. Y el ejército de jóvenes que fueron entrenados de paso
bien valió todo el esfuerzo de mi campaña. No olvides
votar. Lleva a tu hija a las urnas si acaso es posible. En muchos lugares tu
hija puede entrar a la misma cabina electoral contigo. Si ella siente que esto
es en parte su decisión y esfuerzo, se apropiará del concepto de la ciudadanía
activa de una manera que nunca abandonará. 3. Tu hija
debe saber expresar su opinión por
escrito. Para cuando tu
hija tenga doce o trece años, yo te alentaría a que le pidas que escriba
cartas “de ensayo” al editor aproximadamente una vez al mes. Es una
excelente manera de complementar su educación académica formal, y es un método
fabuloso para enseñarle la lógica del argumento. Una buena
carta al editor es breve, presenta un solo argumento, y es interesante. Después
de practicar algunas veces, envíen una carta que ella haga. Te sorprenderás;
es muy probable que la publiquen (particularmente si mencionas la edad de tu
hija). 4. Tu hija
debe saber cómo orar eficazmente, tanto por candidatos como por funcionarios
electos. Yo te insto
encarecidamente a que modeles esta costumbre ante tu hija. Juntos oren por
asuntos contemporáneos. Oren constantemente antes de las elecciones. Cuando algún
asunto de tu interés esté ante el Congreso, oren cada |