Aprendizaje de Administración
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Aprendizaje de
Administración del Hogar
Es saludable
que los niños jueguen, y debe concedérseles diariamente conforme a sus
respectivas edades. Pero el trabajo y la responsabilidad también son esenciales
para el bienestar físico, moral y hasta psicológico del niño. Físicamente,
el trabajo provee ejercicio para sus cuerpos que se encuentran en desarrollo.
Moralmente, les enseña cualidades de carácter como diligencia, dominio propio,
perseverancia, responsabilidad y preocupación por los demás. Psicológicamente,
les provee un reto, metas hacia las cuáles se pueden esforzar y la conciencia
de que son útiles y necesarios para otros. Yo creo que a
un niño se le debe preparar gradualmente para sus responsabilidades de adulto,
mediante la delegación progresiva de responsabilidades. Deseamos
empezar con cosas pequeñas, exigiéndole al preescolar únicamente que recoja
lo que tira y que ayude con cosas sencillas como poner la mesa, doblar toallas y
guardar su propia ropa limpia en su ropero. A medida que
nuestro hijo crezca, estará listo para asumir responsabilidades gradualmente
incrementadas, hasta que en sus años adolescentes comparta una porción
substancial de la administración y cuidado del hogar, en preparación para la
edad adulta. Si lo único
que hiciera fuera lavar los platos o sacar la basura, no estaría adecuadamente
preparado para manejar un hogar. Nuestros
adolescentes necesitan desarrollar una buena capacidad para planear un menú,
comprar provisiones para el hogar de manera oportuna, mantener provisiones
organizadas y en orden, reparar, limpiar y dar mantenimiento al equipo de la
escuela y del hogar, y coordinar los horarios de diversos miembros de la familia
de tal manera que se satisfagan las necesidades de cada uno todos los días. Cada una de
estas áreas requiere de amplia capacitación y experiencia, y se deben
desarrollar por partes a lo largo de los años para poder alcanzar éxito
perdurable. Considerando
lo efectivo del modelo de aprendiz, debemos ver a nuestros hijos de edad escolar
como si fueran nuestros aprendices en lo que concierne a la administración del
hogar. Niños Pequeños Nuestros
preescolares hacen trabajos sencillos y ayudan a los otros con sus quehaceres. El niño pequeño
tiende a estar tan deseoso de ayudar como de jugar. Esta edad es ideal para
inculcar en tu hijo un gusto por el trabajo, incluyéndolo en tus quehaceres domésticos
de manera sencilla. Con tu actitud
alegre, procura que el trabajo en equipo sea divertido. Habla del trabajo como
un privilegio. Ríe, canta, platica y cuenta anécdotas mientras trabajas. Mira
a tus hijos a los ojos con una sonrisa, y ellos llevarán esa asociación
positiva con ellos para siempre. Primeros
Grados Los primeros
grados son la oportunidad para que los niños tengan sus primeras experiencias
con un poco de verdadera responsabilidad que no sea sólo ayudar con el trabajo
de otros. Se le deben pedir cuentas al niño por ciertas cosas que él debe
hacer por sí mismo diariamente: recoger sus propios juguetes, tender bien su
cama, vestirse por la mañana y guardar su ropa sucia sin que haya necesidad de
recordatorios. Otras
responsabilidades pudieran ser: poner la mesa, secar platos u otros quehaceres
sencillos que sientas que sería justo exigirle diariamente o semanalmente. A
medida que nuestros hijos lleguen a una edad que lo permita, les empezamos a
enseñar a hornear, cocinar, recortar los arbustos, podar el pasto, coser y
cuidar o reparar las herramientas. Si nosotros
vemos estas habilidades como un privilegio, nuestros hijos las verán de la
misma manera. Si al contrario, las vemos como un fastidio, nuestros hijos harán
lo mismo. Final de
Primaria Los niños en
los últimos grados de primaria están listos para asumir responsabilidades
mayores, como el mantenimiento de todo un cuarto, incluyendo una diversidad de
quehaceres. Esto es administración del hogar en microcosmos. (Será conveniente
enseñar cada tarea pacientemente y en repetidas ocasiones según sea necesario,
dándoles tiempo a los niños para acostumbrarse a sus nuevas
responsabilidades.) Un niño
pudiera ser responsable del baño, sabiendo cómo limpiar lavabo y regadera, cómo
asear el espejo, recoger y ordenar, reponer consumibles como jabón y papel, y
colocar toallas limpias. Puede aprender que la responsabilidad encierra una
diversidad de tareas y un sentido de programación de tiempo, organización y
vigilancia. Los niños de
esta edad necesitan concentrarse en el lugar que le corresponde a cada cosa en
la casa y cómo cuidar bien de lo que pertenece a la familia, además de lo que
les pertenece a ellos en lo personal. Ya tienen edad para usar herramientas de
jardinería, artículos de costura, utensilios de cocina y materiales de artesanía,
y necesitan aprender a usar correctamente estas cosas, guardándolas cada vez
que terminen de usarlas. A esta edad
puedes enseñar valores mediante la conversación, memorización bíblica y
tareas escolares sobre la importancia de la responsabilidad, la manera en que
una buena actitud afecta el éxito de todo lo que emprendemos, y cómo el
trabajo físico puede ser un servicio de amor a Dios y a la gente que amamos y
que hemos sido llamados a servir. Los niños son
fuertemente motivados por nuestras expresiones de aprecio por el trabajo que
hacen, así que no dejes de tomar el tiempo para expresar tu gratitud de una
manera sincera y cálida. Admira su trabajo y usa de ternura para hacer
cualquier crítica constructiva. Los niños de
esta edad también necesitan ayuda para aprender a ser puntuales y esmerados,
rasgos de carácter que serán de gran utilidad para ellos el resto de sus
vidas. Los niños
deben aprender a reconocer la conducta apropiada de varias maneras, siendo
serviciales en cualquier forma posible: • Deben
aprender a observar las necesidades, sentimientos y metas de sus padres y cómo
responder correctamente a ellas. • Deben
percibir cuando Papá ha tenido un día pesado y necesita algo de tranquilidad,
o cuando algún miembro de la familia tiene dolor de cabeza y necesita que bajen
el volumen de la música. • Pueden
aprender a “gozarse con los que se gozan y llorar con los que lloran” como
exhorta la Biblia (Romanos 12:15). • Pueden
preguntar cómo pueden ayudar a prepararse para algún evento en lugar de sólo
brincar de emoción y estorbar como lo haría un niño menor. • Pueden
ayudar a Mamá a servir la comida en lugar de sólo estar deseando que se diera
más prisa. Es necesario
enseñarles estas cosas a los niños. No las van a aprender por sí solos.
Tenemos que darnos el tiempo para encontrar las palabras para comunicarles estas
cosas. Esto es mucho más fácil si reflexionamos sobre ello antes de que se nos
atraviesen y estén estorbando. Los niños
necesitan aprender el valor de ser personas útiles con actitudes de ayuda.
Podemos enseñar esto mediante lecturas que modelan esta clase de actitud (y
evitando lecturas e influencias en la vida de nuestros hijos que fomentan lo
contrario). También enseñamos esta clase de actitud con nuestras
conversaciones y ejemplo. Adolescentes Se le concede
al aprendiz la oportunidad de ganar nuevos privilegios mediante su fidelidad en
las responsabilidades que ya se le han asignado. De la misma manera, conforme
nuestros hijos avancen aún más en diligencia y fidelidad, empezamos a
confiarles nuevas áreas de responsabilidad y los privilegios que las acompañan. Por ejemplo,
como nuestro hijo adolescente está encargado de preparar algunas de las comidas
para la familia cada semana, le toca también el privilegio de escoger lo que
vamos a comer en esas ocasiones (dentro de los límites de nuestro presupuesto y
con apego a los principios de la buena nutrición). Nuestros
adolescentes se encuentran en una edad en la que verdaderamente están
aprendiendo lo que significa “administración del hogar.” Entre los dos,
mantienen limpia la sala, se encargan de lavar la ropa de principio a fin y
lavan los platos. También están pendientes de los productos de limpieza que se
empiezan a agotar para anotarlos en nuestra lista de compras, llevan cuentas de
nuestras compras de alimentos a granel, y ayudan a tener las comidas listas a
tiempo. Ambos
muchachos están llevando actualmente un curso de nivel de secundaria sobre
“administración del hogar,” bajo mi dirección. Les he encargado ciertas
lecturas sobre limpieza de la casa, reparación de aparatos domésticos,
conservación de muebles, tips útiles para el hogar, cuidado del auto familiar,
y más. Mi esposo y yo
consideramos que nuestros adolescentes son socios nuestros en la administración
de los aspectos prácticos de nuestro hogar. Aun así, exigimos que respeten
nuestros deseos y que vivan bajo nuestra autoridad, y estamos pendientes de
ellos para asegurar que estén cumpliendo adecuadamente con nuestras metas e
instrucciones. Sin embargo,
mediante la delegación de áreas enteras de responsabilidad por la administración
armoniosa del hogar, les estamos dando a nuestros adolescentes un modelo en
miniatura de lo que será su responsabilidad como adultos. De esta manera, deben
poder entrar a esa etapa de la vida de adultos bien preparados para el éxito. Copyright July/August 1998 by The Teaching Home, Box 20219, Portland, OR 97294 www.TeachingHome.com Reprinted by
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