La Biblia Dice Acerca de la Enseñanza
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Lo
Que la Biblia Dice Acerca de la Enseñanza de los Niños
Lo Que la Biblia Dice Acerca de la Enseñanza de los Niños
es un estudio diseñado para ayudar a los padres a entender mejor su papel como
padres y a descubrir las mecánicas de criar a sus hijos con éxito.
Para lograr estos fines este libro define cuidadosamente la obligación,
la autoridad, y la responsabilidad de los padres. Este sistema está dividido en dos fases distintas:
control y enseñanza. La fase del
control es el establecimiento de los derechos de los padres de gobernar sobre la
voluntad del hijo. Cuando los
padres pueden controlar a sus hijos, entonces han puesto el fundamento necesario
para el cumplimiento del mandamiento bíblico de que los hijos obedezcan a sus
padres. La fase de enseñanza
solamente puede ser lograda por los padres que primeramente hayan entrenado a
sus hijos a obedecer. Para que un
niño reciba las instrucciones de sus padres, primeramente tiene que respetar su
palabra, y para que respete la palabra de sus padres, primeramente tiene que
llegar a ser obediente. Los hijos
no aceptarán instrucción de personas a quienes no respetan.
El mandamiento bíblico de que los hijos honren a su padre y a su madre
se cumple cuando los hijos respetan a sus padres lo suficiente como para aceptar
su consejo y sus instrucciones de sabiduría. Lo Que la Biblia Dice Acerca de la Enseñanza de los Niños
es único porque el tema se trata solamente desde el punto de vista bíblico.
El autor acepta la Biblia como la verdad absoluta y como infinitamente
superior a cualquier sistema humano de pensamiento.
No ha habido ningún intento de modificar la Palabra de Dios para que sea
compatible con las filosofías humanas, la sicología, la sociología, los
puntos de vista religiosos o la opinión pública.
La Palabra de Dios se acepta tal como es, sin adulteración humana. La Biblia se acepta como información viva y poderosa la cual
es tan relevante hoy como en el día en que fue revelada. Dios tiene un plan y un propósito para cada hijo.
Cada hijo es una vida de Dios que es colocada en una familia específica
como parte de ese plan. Dios ha
puesto a los hijos bajo el control de sus padres por aproximadamente un tercio
de su vida. Los padres son
responsables de la enseñanza de sus hijos de acuerdo con las normas de Dios. Son los padres a quienes Dios pedirá cuentas en cuanto a la
instrucción de un hijo en la Palabra. Dios ha establecido la institución de los padres como una
de sus autoridades dirigentes en la tierra.
A ellos se les ha delegado tanto el derecho de gobernar a los hijos como
todo el poder necesario para tener éxito en formar a los hijos de acuerdo con
el plan de Dios. Esta posición es
la agencia directa a través de la cual los hijos han de recibir dirección
durante su niñez.
Es decir, es a través de esta posición que cada hijo ha de recibir
protección, conducción, e instrucción. Ni un padre ni una madre jamás deben permitir que se
muestre falta de respeto a su posición. Ellos
tienen el derecho de gobernar porque Dios les dio ese derecho, no porque lo
hayan ganado o merecido. Existe hoy una actitud general de desconfianza y falta de
respeto a todas las posiciones de autoridad.
Una mala comprensión de los principios de Dios en cuanto a la autoridad,
aunada a malas experiencias con individuos autoritarios que verdaderamente han
abusado de su poder, ha causado que muchos rechacen totalmente el concepto. Debido a la autoridad de los padres otorgada por Dios, los
padres tienen el derecho de poner su voluntad por encima de la de sus hijos y
ordenarles que sigan su dirección. También
tienen el poder de administrar la justicia y castigar la desobediencia o premiar
el cumplimiento de sus órdenes. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer
mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la
tierra. - Efesios 6:2,3 Podemos ver el principio de verdad aplicada a un hijo que
obedece y honra a sus padres. Cuando
se observa esta verdad, el resultado es bendición; cuando no se observa, el
resultado es maldición. Los padres
que realmente aman a sus hijos desearán lo mejor para ellos.
Se encargarán de asegurar que su hijo les honre para que reciba la
bendición prometida por Dios. Los hijos tienen necesidad de una figura de autoridad.
Si los padres no proporcionan tal liderazgo, los hijos lo buscarán por
otros lados. En la ausencia de un liderazgo firme en el hogar, los hijos
encontrarán a uno ajeno a la familia que les diga qué hacer.
Los hijos necesitan desesperadamente a alguien a quien puedan seguir y
dar su lealtad. Dios ha creado su alma de tal manera que responda a la
autoridad de los padres. Los padres no entrenan a su hijo por medio de decirle qué
esperan de él. Mientras el hijo
realmente no llegue al punto de funcionar por su propia cuenta de acuerdo con
que le ha sido enseñado, entonces no ha sido entrenado. Si deseas que tu hijo llegue a ser obediente y dispuesto a
aceptar como suyas propias las normas de Dios, entonces tendrás que utilizar el
proceso que Dios ha diseñado para obtener estos resultados (explicado a fondo
en el libro). La crianza bíblica
de los hijos produce un carácter de calidad muy diferente al que se habría
desarrollado si se hubiera dejado al hijo crecer solo, de acuerdo con su propia
naturaleza. La Palabra de Dios
ordena específicamente a los padres alterar la naturaleza de sus hijos.
Dios ordena a los padres dirigir o encaminar a sus hijos en cierta
dirección. No se le debe permitir
seguir la senda por donde su naturaleza lo quiere llevar, sino fijársele una
senda nueva. ¿Pueden los padres experimentar el gozo durante los años
de adolescencia de sus hijos? No
solamente pueden, sino deben experimentarlo, pues es durante estos años
que se hacen evidentes los resultados de entrenar a los hijos, para bien
o para mal. La enseñanza de los hijos no es cuestión solamente de
refrenar la naturaleza de un hijo. Sin
embargo, mientras no se controle la naturaleza no puede haber enseñanza
positiva. Los padres tienen que
actuar como el control externo sobre un hijo mientras que desarrolla su propio
control interno. La función de los
padres no es seguir como el control del hijo por el resto de su vida, sino ir
dejando poco a poco ese papel lo más pronto posible. Un hijo que ha sido enseñado a ser obediente a sus padres
respetará su posición de autoridad y así estará preparado para aceptar sus
instrucciones. Entonces sus padres
le pueden enseñar valores morales y buenos modales, así como cualquier
instrucción académica de acuerdo con su madurez mental.
Los padres de hijos obedientes están en una posición para enseñarles. Criar correctamente a un hijo es la máxima expresión de
amor que un padre puede dar a su hijo. Ninguna
cantidad de beneficios materiales dada al hijo por los padres puede tomar el
lugar de una genuina preocupación por enseñarle.
Si realmente amas a tu hijo, enséñale; tú y él recibirán las
bendiciones prometidas por Dios. Seleccionado con permiso de Lo Que la Biblia Dice Acerca
de la Enseñanza de los Niños. |