Entrenando a Tus Hijos Para Hablar
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Entrenando a Tus Hijos Para Hablar en Público Las habilidades oratorias de tus hijos pueden ser mejoradas gradualmente
mediante instrucción paso a paso, y mediante la práctica. Enseñar a nuestros hijos a presentarse verbalmente ante otros es una tarea
de suma importancia. En nuestra sociedad de impiedad expresa, debemos preparar a
nuestros hijos para compartir la fe, presentar la verdad y persuadir a otros a
hacer lo correcto. Con entrenamiento, un niño pequeño puede llegar a defender convicciones
piadosas y presentarlas de manera organizada y clara. La comunicación no sólo
es un talento dado por Dios; es una habilidad que todos pueden desarrollar. Desarrolla Confianza. Inicia a tus hijos desde una edad temprana. Es
importante que tus hijos aprendan a presentarse ante un grupo desde temprana
edad. Si estudian algún instrumento, tienen una maravillosa oportunidad para
“actuar” o ejecutar ante un grupo en recitales. Pon un foro para una exposición de títeres, y pide a tus hijos que jueguen
el papel de los personajes con los títeres. Si les gusta la poesía o las
rimas, pídeles que las repitan de pie delante de la familia. Pide a los niños
pequeños que dirijan juegos como “Simón Dice,” u otros juegos. La idea es que los niños pequeños se sientan cómodos siendo el centro de
atención de un grupo lo más pronto posible. Cualquier situación que les ponga
frente a un grupo grande les ayudará a desarrollar un sentido de confianza en
estas situaciones. Preparando un Discurso Selecciona un Tema. No hay límite a los posibles temas para discursos.
Empieza por seleccionar el tipo de discurso que se presentará. “La razón por
la que nuestras manos y pies se arrugan al sumergirlas en agua por un tiempo
prolongado” es un discurso informativo. “Cómo pintar por número la Capilla
Sixtina” es un ejemplo de un discurso descriptivo de un proceso. “Lo que
hice este verano” es un discurso narrativo y “La razón por la que Mamá
nunca debe servir espinacas” es un discurso persuasivo. Ayuda a tu hijo a escoger un aspecto del tema que presentará. Muchos
oradores cometen el error de tratar de abarcar absolutamente todo lo que incluye
un tema amplio. Los oradores más hábiles se concentran en una sola parte pequeña
de un tema amplio. Anima a tu hijo a que tome muchas apuntes sobre su tema. No las usará
todas, pero entre más sepa, mejor preparado estará. Elige Los Puntos Principales. Ayuda a tu hijo a escoger de cinco a siete
puntos principales para su discurso. En un discurso informativo, estos pudieran
ser simplemente datos sobre la piel. En un discurso descriptivo de un proceso,
serían los pasos a seguir para hacer una pintura. En un discurso narrativo, los
puntos serían eventos cronológicos. Y en un discurso persuasivo, estos serían
las razones por las que una acción o creencia debería de ser adoptada. Encuentra un Punto de Vista. Todo discurso necesita un punto de vista. Tu
hijo debe definir su propio punto de vista sobre ese tema. El punto de vista añade
credibilidad a una presentación. Discursos que no muestran claramente la perspectiva del orador parecieran
indicar que fueron tomados de una enciclopedia sin ningún sentir sobre el tema.
La manifestación de tu perspectiva permite que el público sepa que has hecho
tu propia investigación y que crees en lo que estás diciendo. Usa Ejemplos. Ayuda a tu hijo a respaldar su presentación con ejemplos. Los
ejemplos son imágenes verbales que refuerzan el concepto que el orador intenta
transmitir a sus oyentes. Dan vida a su presentación. Sin ejemplos cualquier
punto que apoye tu perspectiva será olvidado antes de que termines. Los
ejemplos pueden ser cualquier cosa, desde citar a los expertos hasta contar
acerca de una experiencia personal. Organiza el Discurso. Ahora es el tiempo de poner todos esos puntos en el
orden que se comprenda mejor. Una vez que los puntos principales, el punto de
vista, y los ejemplos se hayan escogido, organizar el discurso es algo fácil.
Acomódalo de diferentes maneras hasta que te parezca que fluye bien. Escribe la Introducción y la Conclusión. Una vez que hayas ayudado al niño
a organizar la parte principal del discurso, entonces (y sólo entonces)
elaboren la introducción y la conclusión. Muchos oradores principiantes
planean sus discursos empezando por el principio. Después de mirar por un largo
rato una página en blanco o la pantalla de la computadora, se pudieran dar por
vencidos. La primera regla para la introducción de tu discurso es que debe conseguir
la atención de los oyentes. Las primeras impresiones son vitales para el éxito
de un orador. Muchos grandes oradores inician con una buena pregunta, un relato
cómico o un punto alarmante sobre su tema. Otros usan estadísticas o una cita. No digas “Voy a hablar sobre . . .” El público pronto sabrá sobre lo
que vas a hablar. Dirígete al público como sea apropiado. “Damas y
Caballeros,” “Papá y Mamá,” o “Amigos,” son saludos que expresan
respeto y amabilidad. Cuando termines un discurso no dejes al público a medias. Termina por
recapitular los puntos principales y reforzar tu punto de vista en un párrafo o
menos. Tus últimas aseveraciones deben dejar al público algo en qué pensar. La Presentación de un Discurso Aquí hay algunos consejos que ayudarán a tu alumno a dar su discurso
eficazmente:
Practicando el Arte Verás que con la práctica tu hijo puede mejorar su vocabulario, gramática,
confianza, y conocimiento, así como sus habilidades de investigación,
organización y edición, por no hablar de la proyección de la voz, dicción,
gramática y estilo personal. Pide a tus hijos que den reportes semanales, de dos a cinco minutos de
duración, delante de Papá, Mamá, hermanos, hermanas, y cualquiera que quiera
escuchar. Nunca hagas críticas en público. Espera hasta que estés a solas con
tu hijo, y entonces comenta lo que necesita mejoramiento. Hacer una crítica de
tu hijo en público, después de que ha pasado días preparando este proyecto,
podría desanimarlo. Analicen y observen juntos a otros oradores. Observen sus modales. ¿Qué
fue lo que les hizo eficaces o ineficaces? ¿Tuvieron una buena introducción?
¿Fue demasiado extenso su tema? ¿Cuál fue tu primera impresión? La oratoria en público debe comunicar información o juicios claros y
concisos. Ya sea que esté impartiendo información sobre el patrón de vuelo
del abejorro o comentando la situación difícil entre David y Goliat, el orador
debe comunicar la información de manera exacta y directa. La competencia en la oratoria pública solamente se logra investigando los
datos para la obtención de información precisa, dominando tu tema lo
suficientemente bien como para que lo puedas defender y explicar, puliendo los
puntos de los que no estás muy seguro y practicándolo vez tras vez. The Teaching
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