Familias de Fe
por David Quine
"No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues
las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas" II
Corintios 4:18. "Porque por fe andamos, no por vista" II Corintios
5:7.
Vivimos en una época en que se niega la existencia de Dios o su
intervención en el orden natural del universo. No obstante, esta es la época
en la que Dios nos ha llamado a criar a nuestros hijos. Debemos estar enseñando
a nuestros hijos que hay un Dios que se hace presente–no en algún sentido
frío de teoría teológica, sino en la práctica de nuestra vida diaria.
Debemos estarlos guiando a ceder con confianza su vida misma al cuidado de Él.
Es imperativo que enseñemos a nuestros hijos a entender correctamente la
verdadera fe bíblica: "la certeza de lo que se espera, la convicción de
lo que no se ve" (Hebreos 11:1). El cristianismo bíblico está anclado en
los recordatorios históricos concretos de la fidelidad del Dios infinito y
personal.
De Fe en Fe
Abraham, Isaac, Jacob y José constituyen una continuidad de fe que permanece
como modelo para nosotros el día de hoy. Ellos representan cuatro generaciones
que caminaron con Dios. Las cuatro generaciones se incluyen en el Salón de la
Fama de Dios de Hebreos 11. ¿Perfectos? Ni con mucho. ¿Agradaron a Dios?
Definitivamente. ¿Cuál era la característica que tenían en común estos
hombres? "Vivían por fe" por que "sin fe es imposible agradar a
Dios" Hebreos 11:6.
En el Salmo 78:5-7 dice: "Él estableció testimonio en Jacob, y puso
ley en Israel, la cual mandó a nuestros padres que la notificasen a sus hijos;
para que lo sepa la generación venidera, y los hijos que nacerán; y los que se
levantarán lo cuenten a sus hijos, a fin de que pongan en Dios su confianza, y
no se olviden de las obras de Dios, sino que guarden sus mandamientos."
Debemos estar transmitiendo a cada generación sucesiva nuestro conocimiento
personal y amor por el infinito Dios personal. ¿Cómo podemos hacer esto?
Cada generación mayor debía "notificar y contar" para que la
generación siguiente "supiera." No se trataba de una obediencia ciega
a una teología teórica fría, sino más bien un conocimiento personal de la
vida y el poder de Dios en su propia vida. ¿Y cuál debía ser el resultado?
Obediencia. Debían llegar a entender que andar por fe en obediencia a todo lo
que Él había ordenado conduciría a una vida de abundancia espiritual.
Si reducimos el cristianismo a un mero código ético, reglas para gobernar
nuestra vida, y omitimos la experiencia personal con Dios, habremos perdido el
rumbo. Sin embargo, si conocemos a Dios pero ignoramos sus mandamientos,
realmente no le amamos (Juan 14:21).
La transmisión de la fe de una generación a la siguiente construye familias
de fe. Quizá descubras que tu familia, como la de Abraham, comienza el desfile
de la fe. O posiblemente te encuentres en el proceso de transmitir tu fe de la
generación anterior a la siguiente.
La continuidad espiritual de una generación a otra nos permite construir y
transmitir el legado espiritual de la identidad de Dios y de lo que ha hecho por
nosotros personalmente. No queremos que se diga de nuestros hijos: "Se
levantó después de ellos otra generación que no conocía a Jehová, ni la
obra que él había hecho por Israel" (Jueces 2:10).
Viviendo a la Luz de lo Inesperado
Dios provee eventos y circunstancias inesperados para hacer de nosotros
familias "de fe." Cuando Abraham y Sara eran ancianos y el hijo
prometido aún no había nacido, ¿esperaba esta pareja estéril que Sara
concibiera y tuviera un hijo?
Cuando Moisés sacó a los israelitas de Egipto y se encontraron atrapados,
con el Mar Rojo por delante y el ejército egipcio por detrás, ¿esperaba
Moisés que el mar se abriera para permitirles el paso?
Cuando los discípulos le dijeron a Jesús que despidiera a los 5,000 para
que fueran a buscar alimento y alojamiento, ¿esperaban ellos que Jesús les
dijera: "Denles ustedes de comer."?
¿Cuál fue el evento más inesperado de la historia? A pesar de que los
profetas lo habían anunciado, los fariseos no lo esperaban y los saduceos lo
rechazaban. Los romanos se rieron de él. ¡Ni los discípulos lo creyeron! Sin
embargo, la resurrección de Jesús cambió el rumbo de la historia.
Dios usa los eventos inesperados para confirmarnos que Él es el que es y que
es galardonador de los que le buscan. Cuando existe una discrepancia entre lo
que nosotros esperamos y lo que Dios hace, en ese momento Él nos está
enseñando a ser familias "de fe."
No podemos encerrar a Dios en un molde o en una caja. Dios es mucho más
grande que nuestros pensamientos, y sus acciones rebasan nuestro entendimiento.
Cuando vivimos a la luz de lo inesperado, nos convertiremos en familias "de
fe."
Recordatorios Concretos
"Jehová habló a Josué diciendo: ‘Tomad del pueblo doce hombres . .
. y mandadles diciendo: "Tomad de aquí de en medio del Jordán, doce
piedras. . . .”’
"Que esto sea señal entre vosotros; y cuando vuestros hijos preguntaren
a sus padres mañana, diciendo: ‘¿Qué significan estas piedras?' les
responderéis: ‘Que las aguas del Jordán fueron divididas delante del arca
del pacto de Jehová; cuando ella pasó el Jordán, las aguas del Jordán se
dividieron; y estas piedras servirán de monumento conmemorativo a los hijos de
Israel para siempre. . . .'"
"Josué también levantó doce piedras en medio del Jordán, en el lugar
donde estuvieron los pies de los sacerdotes que llevaban el arca del pacto; y
han estado allí hasta hoy."
Semejantes recordatorios tan concretos son una de las maneras en que Dios
transmite verdad de una generación a la siguiente. Mediante estas evidencias de
la obra de Dios, cada generación recibe un impulso para confiar en Dios en su
vida.
Éramos una pareja joven. Yo era maestro y Shirley se quedaba en casa con
nuestros dos hijos pequeños. Rentábamos una casa pequeña de dos recámaras.
Llegó la noticia de que estábamos esperando. Pero no sólo esperando.
Estábamos esperando una bendición doble–¡gemelos! ¿Sería posible?
Una multitud de pensamientos y sentimientos inundaron nuestra mente. ¿Cómo
podríamos enfrentar esto? Habíamos buscado un lugar más grande, pero con mi
sueldo no había nada que estuviera a nuestro alcance. ¿Oprimiríamos el botón
de pánico? Dios estaba obrando para fortalecer nuestra débil fe. ¿Qué iba a
hacer Dios? ¿Intervendría de alguna manera? ¿Confiaríamos en Él y le
daríamos gracias cualquiera que fuera el resultado?
Un año más tarde, cuando los gemelos tenían siete meses de edad y parecía
que estábamos a punto de tener que dejar nuestra recámara para que los gemelos
tuvieran dónde dormir, Dios hizo lo inesperado. Recibí un ascenso para el cual
me habían dicho sólo dos meses antes que no estaba calificado. Dios coordinó
las circunstancias para proveer para nuestras necesidades de la manera menos
esperada.
Cuando pasamos por esa pequeña casa en la calle Custer, sirve como un
recordatorio concreto para nuestra familia de que Dios proveerá fielmente para
nuestras necesidades cambiantes.
En la actualidad, las familias de fe deben levantar semejantes señales para
sus hijos y sus nietos. Estas oportunidades naturales enseñarán a nuestros
hijos y a los hijos de nuestros hijos acerca de la fidelidad pasada de Dios en
nuestra vida personal, y a su vez servirán como base para que ellos confíen en
el Señor en sus vidas. Esta continuidad de una generación a la siguiente
motivará a nuestros hijos a vivir por fe, no por vista.
Viviendo Por Fe, No Por Vista
Hay ocasiones en nuestra vida en las que hay confusión. Aparece en nuestro
mapa una desviación temporal. A lo menos nos parece desviación a nosotros. En
momentos como estos no debemos confiar en nuestros instintos, sino salir
cuidadosamente de nuestra confusión mediante un meticuloso apego y confianza en
las instrucciones.
Este principio se ilustra al manejar por el aeropuerto de Dallas-Fort Worth.
Al salir de la terminal, todos los que radican allí saben que el sur está
hacia la izquierda. Sin embargo, los señalamientos indican al conductor que
vaya a la derecha.
Comienza un conflicto en la mente de la persona: ¿Me gobernaré por mis
sentimientos? Frecuentemente siento que el señalamiento está equivocado.
Shirley tiende más a seguir las indicaciones. El resultado: ¡Yo me pierdo!
Moraleja: No confíes en tus sentimientos cuando manejes en los aeropuertos o en
la vida.
Oswald Chambers, en su libro En Pos de lo Supremo, explica: "Jesús usó
la ilustración del hombre que parecía no tener interés en el bienestar de su
amigo, y dijo que en ocasiones parecerá que así es el Padre celestial.
"Te parecerá que es un amigo desconsiderado, pero recuerda que no lo es;
llegará el momento en que todo tendrá explicación. Una nube se cierne sobre
la amistad del corazón, y con frecuencia hasta el amor mismo tiene que esperar
con dolor y lágrimas la bendición de una comunión más completa. Cuando Dios
parece estar totalmente oculto, ¿estarás dispuesto a aferrarte a la confianza
en Él?”
"Cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?"
Lucas 18:8. ¿Encontrará la fe que deposita toda su confianza en Él a pesar de
la confusión? Debes sostenerte, creyendo por fe que lo que Jesús dijo es
cierto, aun cuando en el momento no entiendas lo que Dios está haciendo. Él
tiene objetivos y proyectos más grandes que los que tú pudieras pedir en el
momento.
Haz Que Cobre Vida para Tu Familia
Conversa con tus hijos acerca de los momentos en tu vida personal en los que
Dios se ha manifestado como algo real. Quizá puedas construir una torre de
piedras en tu jardín. Que cada piedra sea un recordatorio de la fidelidad de
Dios para con tu familia. Debes estar preparado para añadir a tu colección.
Ser familia "de fe" seguramente significará que en ocasiones no
somos "políticamente correctos." Jamás debemos engañarnos. Aun
cuando la educación en el hogar se vuelve cada vez más aceptable en nuestra
sociedad, debemos estar preparados para caminar solos. Esto requiere el valor y
la decisión de Daniel. La Biblia provee un marco de referencia adecuado para
ser familias de fe en el siglo 21.
Copyright November/December 1998
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