Entre Mamás - Junio 2002
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Entre Mamás –
Junio 2002
El paso de
estos últimos meses ha sido una más de las interesantes etapas en la vida de
los Richardson. Estuvimos haciendo preparativos para la boda de nuestra hija. ¡Qué
gozo verla casada y sirviendo a su marido! Hicimos un viaje a los Estados Unidos
y vimos a nuestro hijo Michael terminar su licenciatura e iniciar su maestría.
Samuel alcanzó a terminar su primer grado de primaria antes del nacimiento de
nuestro noveno hijo y séptimo varón, el tres de junio de 2002. Cada evento
importante en la vida de nuestros hijos--nacimiento, graduación, matrimonio--es
un gran logro para nosotras como madres. Es preciosa la
provisión de Dios para cada paso que se nos presenta. Es maravilloso cómo se
une el cuerpo de Cristo para ayudar en tiempos de necesidad. Lo hemos visto en
cada necesidad que se ha presentado. Muchos hermanos y hermanas ayudaron a que
la boda de Natán y Misty fuera un evento que honrara al Señor. Muchos
estuvieron con nosotros para ayudar cuando Benjamín nació sin complicaciones
en casa. ¡Él es nuestro bebé ranchero! Hasta
los pollos del rancho han sido sacrificados para preparar deliciosos caldos para
alimentar a nuestra familia. Y nuestros preciosos vecinos han mantenido a Mamá
provista de atoles cada día para restaurar sus fuerzas. Nuestros hijos
pequeños ven el cuerpo de Cristo en acción mientras reciben gozosos a su nuevo
hermanito en la familia. Frecuentemente
oigo que la gente dice que al nacer un bebé hay un nuevo “rey” o
“reina”, y que el más pequeño “ha sido destronado.” Mi observación es
que a nadie le agrada ser destronado por otro, aun cuando el otro sea un simpático
bebé. Me gusta lo que compartió conmigo una preciosa hermana en Cristo cuando
nació su quinto hijo. Dijo: “El único Rey en nuestra casa es Jesucristo.
Todos nosotros somos sus siervos.” Nos alegramos al recibir a un nuevo siervo
en nuestra familia. Él ayudará a llevar la carga mientras servimos juntos. Esa es mi
oración por ustedes. Que cada familia sirva unida para la gloria de nuestro único
Rey: Jesucristo. Pollo
Parmesano
1 kg. carne de pollo deshuesado
Pan rallado
Ajo en polvo
Queso parmesano
Pasta de spaguetti
Salsa de tomate condimentada con ajo y orégano
Queso asadero rallado
Seis huevos batidos Se pasa el
pollo por el huevo y por el pan rallado. Se espolvorea con especias italianas,
ajo y queso parmesano. Se hornea a 200 ºC por 30 minutos. Se hierve el
spaguetti y se escurre, luego se mezcla con la salsa de tomate italiana. Se
coloca el spaguetti en un recipiente para hornear. Se cubre con el pollo
horneado, queso parmesano, y se espolvorea con queso asadero. Se hornea hasta
que se funda el queso. Es rico cuando
se sirve con una ensalada. |