Cómo Desarrollar la Creatividad
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Cómo Desarrollar la Creatividad
en Tus Hijos Estas
ideas pueden ser usadas para fomentar y cultivar la creatividad en tus hijos. De
7 a 11 años de edad Esta
es la edad para el desarrollo de habilidades lógicas y de razonamiento que se
aplicarán y se usarán en actividades creativas.
Alienta a los niños a organizar las cosas. Esto es desarrollar las habilidades de clasificar,
categorizar, determinar prioridades, y evaluar datos.
Puedes empezar por sus recámaras, el cajón de cachivaches, o la
cochera, pero dales muchas oportunidades de clasificar y ordenar su mundo.
También hay juegos y actividades de computadora que pueden utilizarse
para formar y reforzar esta habilidad creativa. Enseña
las relaciones numéricas y funcionales con artículos cotidianos.
Proporciona oportunidades de usar las fracciones y relaciones monetarias
a través de la carpintería, la cocina, la construcción, las compras de víveres,
la lectura de etiquetas, y las finanzas de la familia.
Ayuda a los niños a poner a trabajar sus conocimientos.
Dales oportunidad de desarmar las cosas y volverlas a armar.
Unos cuantos pesos invertidos en ventas de garage para comprar artículos
viejos que puedan ser desarmados para ver cómo funcionan serían unos cuantos
pesos muy bien invertidos. Los legos, juegos de construcción y juegos de
laboratorio son especialmente apropiados en esta edad.
También es una buena edad para la enseñanza de habilidades de recetas y
cocina, particularmente los conceptos que ayudan a los niños a entender por qué
ciertas cosas se agregan y se usan en la elaboración de sus alimentos
preferidos. ¿Por qué bicarbonato y no polvo para hornear? ¿Por qué las
diferentes proporciones de ingredientes secos y húmedos?
Etc. Aprovecha
todas las oportunidades para comentar tanto hechos como sentimientos. Los padres
son la clave del éxito de esta actividad por medio de su ejemplo. Si tú no te
abres, lo más probable es que tus hijos tampoco lo hagan.
El propósito de esta actividad es desarrollar las habilidades verbales
de tus hijos, como también su disposición para expresarse. Enlaza la conversación con principios bíblicos y con la
enseñanza que deseas lograr en tu familia.
El momento ideal para hacer esto es al tomar los alimentos.
Este también sería un buen momento para comentar los puntos agradables
y desagradables del día. Apaga
el televisor. Haz preguntas. ¿Qué
fue lo mejor que sucedió hoy? ¿Y lo peor? ¿Cuáles fueron algunas de las
bendiciones que recibiste hoy? ¿Qué hiciste tú para bendecir a alguien hoy?
¿Dónde “viste” a Dios en tu vida hoy?
Haz planes para el futuro. ¿Qué piensas hacer? ¿Qué piensas que Dios
podría desear que seas o que hagas cuando seas grande? ¿En qué te puedo
ayudar yo? ¿Cómo puedo orar por ti en mis oraciones personales? ¿Te sentiste
mal hoy? ¿En qué forma? Dedica
gran parte de tu tiempo familiar a la lectura.
Léeles a los niños y deja que ellos te lean a ti.
Las grandes obras literarias son enriquecedoras para los niños de esta
edad. La lectura hace que los niños
imaginen y formen cuadros mentales de los eventos del relato o de la historia.
Haz preguntas, conoce sus ideas con respecto a la historia y a los
personajes, y ayúdales a imaginar cómo podrían haber sido las vidas de los
personajes. Los relatos o cuentos que giran en torno a la historia
nacional son de especial interés para los niños de esta edad. Muchas de las editoriales que venden a educadores en el hogar
tienen excelente literatura que puede usarse para esta actividad. Escucha.
Los niños de esta edad pueden ser fácilmente desalentados o sentirse
amenazados por la crítica o los juicios precipitados si sus ideas y respuestas
no son precisamente las que los adultos pensamos que deberían ser.
Obviamente, si los errores son de tipo espiritual, moral o fácticos,
deben ser corregidos; no obstante, la actitud de la corrección necesita ser de
naturaleza tierna y amorosa, más que áspera o indiferente. Mantén el
equilibrio entre la crítica constructiva y el elogio. Permite
que tus hijos resuelvan problemas prácticos.
Dales oportunidad de reparar cosas que ellos puedan reparar, como unir
con adhesivo las sillas desvencijadas, volver a colgar cosas en la pared, y
coser parches en la ropa. Ellos pueden planificar y hacer las compras para las
comidas de la casa o pueden programar las reparaciones de aparatos del hogar.
Esta es una buena edad para preparar y cultivar una huerta o planear un
viaje de la familia. También es apropiado el darles responsabilidades diarias en
el quehacer de la casa. Haz
lluvia de ideas buscando soluciones a problemas así como ideas de actividades
familiares. Estas pueden ser cosas
divertidas además de cosas prácticas. Por
ejemplo, describan el sabor del chabacano. ¿Qué usos se le pueden dar a un
clip? ¿Cuántas preguntas se pueden formular acerca de una bolsa de té? ¿De
cuántas maneras se pueden utilizar las sobras del pavo navideño? Sé
flexible. Da tiempo para la
exploración e investigación de ideas nuevas y cosas de interés. No permitas que la presión de terminar un capítulo, una
sección, o un programa de estudio te obligue a desalentar a tus hijos de
explorar las pequeñas veredas secundarias que diariamente se entrecruzan con su
camino. El interés creativo puede
ser sofocado por la presión del tiempo o por la promesa de que lo haremos
“otro día.” Alienta
la ilustración. Incluye en
algunos de tus planes de estudio un espacio para el drama creativo, posters,
dibujo, y caricaturas. Por ejemplo,
pide a los niños que usen caricaturas para relatar la historia de algún evento
del que han escuchado o leído. O
dibujen un aparato de ejercicio para perros. De
11 Años en Adelante A
los niños de esta edad es necesario motivarlos al pensamiento intelectual
elevado y al desarrollo creativo sostenido.
Ayuda a tus jóvenes a entender sus pensamientos y procesos mentales. No temas decir, “No entiendo:” Pídeles que te expliquen
lo que están pensando y cómo llegaron a las conclusiones que ahora tienen.
Esta es una edad en la que a veces se forman conclusiones con base en las
emociones, la presión de grupo, o en lo que ellos piensan que tú esperas, más
que en fundamentos bien razonados. Practiquen
juegos de razonamiento. Estos podrían
incluir Master Mind, Clue, Strategy, damas, ajedrez, y otros juegos que
requieran del uso de la lógica y la estrategia.
Estas actividades ayudarán a los niños a desarrollar la lógica y el
razonamiento deductivo. Estas
habilidades son necesarias para el razonamiento creativo utilizado en problemas
complejos, especialmente en las matemáticas y en las ciencias naturales.
La comprensión de relaciones y de interrelaciones de variables en los
problemas puede enseñarse en esta etapa. Comenten
los asuntos de la vida cotidiana. Usa
noticias contemporáneas para iniciar conversaciones para hacer aplicaciones
morales y espirituales. Compara las
acciones de personajes de primera plana con principios bíblicos. Hablen de lo que tus hijos harían en circunstancias
semejantes. Ayúdales a establecer
fuertes bases de razonamiento practicando en casa antes de enfrentarse a
situaciones reales cuando estén solos en un futuro. Aprende
a sopesar opciones al tomar decisiones o resolver problemas.
La mayoría de los problemas de la vida no requieren de una respuesta
inmediata. Ayúdales a aprender a
visualizar y resolver mentalmente problemas de amistades, empleos, y luchas
personales. Evalúen los pros y los
contras de las diferentes opciones. Busquen principios bíblicos como la base de
la decisión final. Enséñales que
en la mayoría de los casos se permite “consultar con la almohada” y tener
la decisión al día siguiente. La
educación en el hogar es el ambiente ideal para alentar a los niños a pensar
creativamente. Provee abundantes
oportunidades, sin las presiones de tiempo que tienden a ser distracciones y a
apagar la creatividad. The
Teaching Home Dec 1991 / Jan 1992 |