Hábitos para el Aprendizaje
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Hábitos
para el Aprendizaje Una
cosa buena de los hábitos es que no es necesario pensar mucho en ellos. Si
tienes ciertas actividades que son habituales, no tendrás que "quebrarte
la cabeza" para recordar un horario complejo. Nosotros
estamos educando a nuestros cuatro hijos, y sin los hábitos que hemos estado
formando, nuestros esfuerzos educativos probablemente serían mucho más difíciles. Hemos
encontrado que es fácil distribuir las actividades de aprendizaje a
diferentes horas del día cuando se convierten en parte de nuestra rutina
normal, diaria. Por ejemplo, tenemos dos tiempos para historiasBuno
después de la comida y uno antes de dormir. Hacemos trabajo de memorización
bíblica estando aún a la mesa después de desayunar. Estos son hábitos
diarios, pero también hay actividades que realizamos semanalmente ciertos días
(una noche para juegos, y rotarnos para hornear y preparar la cena por turno.) Se
requiere de muy poca planificación y preparación para estas actividades
regulares, y una vez implementadas, es fácil realizarlas porque son hábitos.
Algunos de estos hábitos, como los tiempos de historias, han llegado a ser
tan indispensables para nuestra familia que si las omitiéramos sin tener una
buena razón, sería como decirles a los niños, "Bueno, hoy no nos vamos
a vestir." Frecuentemente cuando hemos llegado a la casa muy tarde por la
noche, no importa cuán cansados o semi-dormidos se encuentren los niños,
sencillamente se niegan a dormirse sin una historia bíblica por la noche,
porque nuestro hábito es leer un libro prestado de la biblioteca y después
una historia bíblica antes de dormir. Prácticamente
no hay actividad que no pueda ser integrada a un horario rutinario y
convertirse en un hábito. Se
ha dicho que se necesitan por lo menos tres semanas de constancia para formar
un hábito. En la experiencia de nuestra familia, yo agregaría que puede
haber algo de fluctuación en la constancia, y se puede tomar mucho tiempo
para formar un hábitoBa
veces meses o años. Pero si uno recuerda la meta y no se da por vencido nada
más porque se atrasó con respecto al horario, o porque se le olvidó algo,
la actividad con el tiempo se habrá convertido en hábito. Y entonces es
mucho más fácil, porque no tienes que tratar de recordarlo todo. Lo
que funciona mejor es tratar de agregar una o dos actividades nuevas a la vez.
El tratar de iniciar muchos hábitos nuevos a la vez no funciona muy
bien. Es como tratar de enseñar
a un pulpo a bailar el zapateado. Paulatinamente se pueden ir agregando más actividades que se
desea que sean hábitos. También
es útil al iniciar un nuevo hábito hacerlo inmediatamente antes o después
de otra actividad diaria rutinaria como una comida, siesta, merienda, etc.
Al tratar de iniciar un tiempo diario de oración personal y deseando
también tener un tiempo diario de práctica musical, decidí empezar a tocar
un canto de alabanza mientras se cocía el desayuno y luego tener un tiempo de
oración. Descubrí que el solo hecho de tocar la música, que disfruto
bastante, por lo que es más fácil recordar, me ayuda a recordar la oración,
que es difícil para mí, pero muy provechosa. El
usar hábitos para aprender realmente funciona y es algo lógico. La mayoría de
las personas usan hábitos, en cierto grado, para establecer una rutina diaria,
pero los que educamos en el hogar tenemos una oportunidad de usar los hábitos
como una parte útil y muy importante de los estudios B
para hacer uso sabio
del tiempo disponible y para tener una alternativa funcional a la planificación
en un momento de grandes segmentos de tiempo estructurado. Usar
hábitos es como tener trabajando diez elefantes B
(diez
elefantes que nunca olvidan! Copyright
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