Hábitos para el Aprendizaje
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Hábitos para el Aprendizaje
Por Diane Hurst

Una cosa buena de los hábitos es que no es necesario pensar mucho en ellos. Si tienes ciertas actividades que son habituales, no tendrás que "quebrarte la cabeza" para recordar un horario complejo.

Nosotros estamos educando a nuestros cuatro hijos, y sin los hábitos que hemos estado formando, nuestros esfuerzos educativos probablemente serían mucho más difíciles.

Hemos encontrado que es fácil distribuir las actividades de aprendizaje a diferentes horas del día cuando se convierten en parte de nuestra rutina normal, diaria. Por ejemplo, tenemos dos tiempos para historiasBuno después de la comida y uno antes de dormir. Hacemos trabajo de memorización bíblica estando aún a la mesa después de desayunar. Estos son hábitos diarios, pero también hay actividades que realizamos semanalmente ciertos días (una noche para juegos, y rotarnos para hornear y preparar la cena por turno.)

Se requiere de muy poca planificación y preparación para estas actividades regulares, y una vez implementadas, es fácil realizarlas porque son hábitos. Algunos de estos hábitos, como los tiempos de historias, han llegado a ser tan indispensables para nuestra familia que si las omitiéramos sin tener una buena razón, sería como decirles a los niños, "Bueno, hoy no nos vamos a vestir." Frecuentemente cuando hemos llegado a la casa muy tarde por la noche, no importa cuán cansados o semi-dormidos se encuentren los niños, sencillamente se niegan a dormirse sin una historia bíblica por la noche, porque nuestro hábito es leer un libro prestado de la biblioteca y después una historia bíblica antes de dormir.

Prácticamente no hay actividad que no pueda ser integrada a un horario rutinario y convertirse en un hábito.

Se ha dicho que se necesitan por lo menos tres semanas de constancia para formar un hábito. En la experiencia de nuestra familia, yo agregaría que puede haber algo de fluctuación en la constancia, y se puede tomar mucho tiempo para formar un hábitoBa veces meses o años. Pero si uno recuerda la meta y no se da por vencido nada más porque se atrasó con respecto al horario, o porque se le olvidó algo, la actividad con el tiempo se habrá convertido en hábito. Y entonces es mucho más fácil, porque no tienes que tratar de recordarlo todo.

Lo que funciona mejor es tratar de agregar una o dos actividades nuevas a la vez.  El tratar de iniciar muchos hábitos nuevos a la vez no funciona muy bien.  Es como tratar de enseñar a un pulpo a bailar el zapateado.  Paulatinamente se pueden ir agregando más actividades que se desea que sean hábitos.

También es útil al iniciar un nuevo hábito hacerlo inmediatamente antes o después de otra actividad diaria rutinaria como una comida, siesta, merienda, etc.  Al tratar de iniciar un tiempo diario de oración personal y deseando también tener un tiempo diario de práctica musical, decidí empezar a tocar un canto de alabanza mientras se cocía el desayuno y luego tener un tiempo de oración. Descubrí que el solo hecho de tocar la música, que disfruto bastante, por lo que es más fácil recordar, me ayuda a recordar la oración, que es difícil para mí, pero muy provechosa.


El usar hábitos para aprender realmente funciona y es algo lógico. La mayoría de las personas usan hábitos, en cierto grado, para establecer una rutina diaria, pero los que educamos en el hogar tenemos una oportunidad de usar los hábitos como una parte útil y muy importante de los estudios B para hacer uso sabio del tiempo disponible y para tener una alternativa funcional a la planificación en un momento de grandes segmentos de tiempo estructurado.

Usar hábitos es como tener trabajando diez elefantes B (diez elefantes que nunca olvidan!

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