Entre Mamás - Junio 1999
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Entre
Mamás Nosotras,
como madres, tenemos el privilegio y la responsabilidad de formar las vidas que
están bajo nuestro cuidado. Quisiera tocar uno de los aspectos de esta
influencia. Algo que es profundamente espiritual y que a la vez es parte muy
natural de nuestra vida diaria como madres B
preparar las comidas y compartirlas como familia.
Ustedes se preguntarán, A)Qué
tiene de espiritual eso?@
Bien, consideremos Juan 21:9-19. Cada
vez que les decimos a nuestros hijos, AVengan
a comer,@
literalmente estamos siguiendo en los pasos del Señor Jesucristo. Al preparar
comidas nutritivas para nuestra familia, estamos nutriendo sus cuerpos físicos.
Al llamarles a compartir los alimentos alrededor de la mesa, estamos partiendo
el pan juntos B
así como lo hizo Jesús con sus discípulos cuando comieron el pescado y el pan
que él había preparado. (Yo creo que debe haber sido pan de trigo integral.) El
usó el tiempo para enseñar y capacitarlos, diciendo finalmente, ASígueme.@
Al preparar comidas saludables para nuestras familias, no sólo estamos
nutriendo sus cuerpos físicos, sino que también estamos nutriendo sus vidas
emocionales y espirituales. Al estar nuestros hijos sentados alrededor de la
mesa como olivos, debe ser un lugar de compañerismo, enseñanza, entrenamiento
y corrección (Salmo 128:2,3). Verdaderamente estamos contribuyendo a su
crecimiento y productividad B
tanto física como espiritualmente. Para
muchas familias el comer juntos es un arte perdido. Cada miembro de la familia
tiene su propio horario. Rara vez se encuentran todos juntos a la hora de la
comida. Los horarios de trabajo y de escuela frecuentemente se encuentran en
conflicto, y hacen que sea muy difícil el compartir alimentos juntos. Si los
padres hacen del tiempo de comida una prioridad, se convertirá en prioridad
para toda la familia. Los niños pueden ayudar en los preparativos, así como
los discípulos trajeron los peces a Jesús.
Los pequeños pueden poner la mesa, aprendiendo a contar los tenedores,
platos, servilletas y vasos. Nosotros tenemos una cuchara que es la Acuchara
codiciada.@
Tiene un mango blanco de plástico. Todos
los niños dicen, AYo
quiero la cuchara blanca.@
Cuando Samuel coloca las cucharas, le doy instrucciones de dar la cuchara blanca
a Isaac. Está aprendiendo a no tratar de siempre tener lo mejor para sí mismo,
y luego discretamente le enseño a Isaac a ser agradecido y darle las gracias a
Samuel por la cuchara. Un día Anna, que aun no cumple los dos años, me pidió
oportunidad de ayudar. Sólo quedaban las servilletas, así que se las di para
que las pusiera en la mesa. Para cuando las servilletas llegaron a los lugares
correctos, estaban desdobladas y hechas bola. Cuando Mike se sentó, preguntó, A)Quién
puso las servilletas en la mesa B
Anna?@
Le dije, ASí.@
El empezó a elogiarla por ayudar y por ser una buena trabajadora. Ella
se sintió muy bien y muy contenta de haber agradado a su papá. Los
mayores pueden incluso ayudar a preparar los alimentos. Yo disfruto
particularmente de cocinar con Misty. Hablamos de muchos temas, y ella aprende a
cocinar. Esto la está preparando para algún día sustentar y cuidar de su
propia familia. Quiero
alentarlas, mamás B
no busquen ministerios fuera de su hogar. Su servicio espiritual a Dios se está
cumpliendo cada día al alimentar ustedes a su familia. No hay vocación más
alta. Pay
de Limón Coloque
una capa de galletas en el fondo de un molde para hornear. (A los niños les
encanta hacer esta parte.) Mezcle bien los ingredientes líquidos y vierta sobre
las galletas. Parta las galletas en
mitades y pongelas alrededor de la orilla para hacer una concha redonda.
Coloque en el congelador hasta que esté muy frío B
dos horas o toda la noche si se desea.
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